Muchos labriegos migraron desde el interior del país a la capital u otras ciudades del departamento Central en búsqueda de fuentes de trabajo con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
Recordó que su padre, Afloricio Ramírez, ya fallecido, se dedicaba a la agricultura y lograba buenos ingresos con la venta de algodón y otros rubros hasta mediados de los años '90. Dijo que posteriormente vendió sus tierras de unas 7 hectáreas, razón por la cual él se capacitó en albañilería y sus siete hermanos se capacitaron en otros oficios para trabajar en el departamento Central.
Señaló además que, gracias a la capacitación, trabaja como albañil y sus hermanos como panadero, herrero y en otros oficios de mando medio. Por otra parte, admitió que muchos campesinos que venden sus tierras se mudan al departamento Central, donde no trabajan por no tener otros oficios y caen en el mundo de la delincuencia.
Sostuvo que por esa razón crece la inseguridad en las zonas urbanas e indicó que las autoridades deberían capacitar y ayudar a los campesinos para evitar que vendan sus tierras y migren a la ciudad. Agregó que la educación es fundamental para el desarrollo del pueblo.
ABC