A cuatro años de la muerte de Bernhard Ludwing Julius Thiel, los investigadores desecharon la versión de supuesto asalto proporcionada por su pareja Cándida Yrene Bogarín Pereira, quien de víctima pasó a victimaria.
El informe policial de la muerte del septuagenario refiere que Cándida Yrene Bogarín Pereira, de 28 años, denunció que desconocidos armados irrumpieron en la vivienda en la noche del 30 de enero, ocasión en que maniataron a ella y al ciudadano alemán.
Según la denunciante, los asaltantes preguntaron directamente por el dinero de la venta de algunos animales, pero luego de maniatar a ambos se fueron sin llevar nada. Al parecer, la situación de tensión vivida fue determinante para que el septuagenario sufriera un infarto, y para cuando llegaron los intervinientes, el mismo ya no tenía signos vitales.
La investigación realizada por expertos de la Policía Nacional terminó por desacreditar la versión de la mujer y posteriormente la Fiscalía la imputó por simulación de hecho punible, delito por el cual fue condenada a 2 años y 6 meses el año pasado.
En la sentencia, el Tribunal integrado por Gloria Mabel Torres, Félix González y Magdalena Dos Santos destaca que la Fiscalía debió ampliar su investigación atendiendo al desenlace fatal del atraco simulado y, por esta razón, remitieron los antecedentes del caso al Ministerio Público.
Magistrados dieron testimonio
Esta nueva investigación está a cargo de la fiscala Leticia del Puerto, quien como primera medida convocó a declarar a los miembros del Tribunal de Sentencia que condenó a la mujer. Los magistrados declararon el 3 de julio pasado, ocasión en que explicaron los motivos por los cuales votaron por la condena.
La sentencia refiere que la acusación señala que se pudo constatar en la casa gran cantidad de dinero en efectivo (G. 52.622.000; G. 13.826.500 correspondiente al pago de salario del personal; 4.580 euros y 390 dólares), además de joyas y distintos objetos de valor como televisión de 60 pulgadas, varias computadoras portátiles, celulares de última generación.
“En toda la casa fueron encontradas sumas de dinero que pudieron haber sido tomadas por los supuestos asaltantes y no lo hicieron, siendo que ese era su objetivo principal, según manifestaciones de la señora Cándida, incluso en la canaleta del techo se encontró un sobre que contenía dinero en efectivo”, agrega la acusación.
Además de las circunstancias mencionadas anteriormente, el colegiado consideró los testimonios del jefe de la comisaría de Itacurubí Guido Armando Benítez, quien declaró que no pudo observar rastro alguno de atadura en la mujer, tampoco lesiones en el rostro ni en la rodilla, pues, según la versión de la acusada, la atadura le causó quemaduras y al arrastrarse maniatada durante 150 metros para pedir ayuda, se peló la rodilla.
Los magistrados también consideraron los testimonios de los agentes Reinaldo Ortiz, subjefe de la comisaría, y Ángel López, en el mismo sentido, así como los relatos de los trabajadores de la estancia, que coincidieron en afirmar que no vieron ni escucharon movimiento alguno o ruido en la noche del supuesto asalto, pues ni siquiera los cinco perros bravos del local ladraron.
Sin rastros de golpes
Bogarín también dijo que los asaltantes golpearon con un arma al ganadero en su cabeza, pero la víctima no tenía rastros de golpes ni violencia de ningún tipo conforme consta en el acta de levantamiento de cadáver practicado tanto por los intervinientes policiales y que fue debidamente incorporado al juicio, así como el acta de levantamiento de cadáver emanado del Ministerio Público, ambas documentales del 31 de enero de 2013.
Asimismo, estas pruebas coinciden con el resultado de la autopsia practicada al señor Bernard Julius Thiel por el médico forense Hugo Medina Huerta, quien informó que el cuerpo del ganadero no tenía un solo rastro de violencia ni golpes como el referido por la acusada.
Ahora habrá que esperar la conclusión de la Fiscalía sobre esta nueva investigación.
ABC