Su padre fue miembro de la Cámara de Diputados; sin embargo, Carlos siempre trabajó con humildad y nunca se aprovechó de esa situación.
La vida para muchos con el paso del tiempo se volvió dura, así como pasó con Carlos Echagüe (30), quien se las tuvo que ver como sea para que a su adorada niña que nació en el 2015 de forma prematura no le falte nada.
Carlos no se dio por vencido, él durante dos años trabajó en el Poder Judicial, pero el sueldo que percibía no era el mejor y ante la falta de ingresos para comprar pañal y leche se las ingenio. Teniendo tan solo un 20.000 guaraníes como capital, prestó una que otra platita de sus amigos, compró hamburguesas y esa misma noche los tiró a la parrilla, haciendo un ingreso muy bueno. Al día siguiente devolvió lo prestado y su emprendimiento ya luego tuvo un buen rumbo.
Carlos compartiendo junto a sus familiares.
“Después dejé de la venta de hamburguesa porque empecé a trabajar como chofer en compra y venta de animales hasta que volvió fuerte otra vez el golpe económico y desde hace como 8 días que empecé a vender empanadas sobre Chile, a media cuadra del Ministerio del Interior”, contó Carlos, quien no se queja de la buena clientela que tiene.
El arriero sin duda alguna es el famoso paraguayo que no se queda de brazos cruzados e incluso, a pesar de ser hijo de un exdiputado de la Nación, Ismael Echagüe siempre buscó la manera de llevar el pan de cada día a la mesa de manera honesta.
Cuando su papá era diputado le vendía remedios yuyos he’i
Entre recuerdos y recuerdos, Carlos no dejó de recordar que allá por los 90, tiempo en que su papá ocupó la silla como diputado en el Parlamento, él desde afuera ya lo miraba y de paso aprovechaba la ocasión para venderle el famoso remedio yuyo con hielo para el tereré.
“En 97 y 98 ya vendía pohã roysã y hielo frente al Parlamento. Llevamos de Concepción. Por la tarde hacía espetiño o asadito, a mí me criaron totalmente de otra forma”, decía Carlos con los pulmones cargados de orgullo por haber conseguido todo en base de sacrificios.
TANTEO.
En el 2015, Carlos se candidató para concejal municipal de Concepción al igual que en el 2018, que tanteó otra vez, pero ya para la chapa de concejal departamental.
NO ES VERGÜENZA. “El trabajo no es deshonra”, he’i voi el arriero quien dice que el trabajo sí hay en el país, que solo es cuestión de no quedarse de brazos cruzados y seguir para adelante.