Tras casi dos semanas del temporal, no recibieron ayuda alguna. Con la destrucción parcial del local escolar, 40 niños dejaron de concurrir a clases.
El profesor José González dijo que ese día el viento fue muy fuerte en la zona e hizo volar también los techos de muchas viviendas.
La escuela Nº 6.250 tenía techo de chapa de zinc, que por efecto de los vientos huracanados pararon en las casas aledañas.
La estructura de madera del local soportó el temporal, pero los materiales didácticos que estaban adentro quedaron inservibles a consecuencia de la lluvia, al igual que la pizarra y los cuadernos de los alumnos.Además de los 40 niños, que estudian del primero al sexto grado, en total 15 adultos, que recibían clases de alfabetización, dejaron de concurrir a clases.
La Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) proporcionó chapas, pero solo cubrimos las casas y no nos alcanzó para la escuela, señalaron los pobladores de la comunidad indígena.
Solicitaron la provisión de más víveres y chapas a la SEN. También piden que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) entregue los materiales necesarios para que los niños y los adultos puedan reanudar las clases.
Esta comunidad, compuesta por 47 familias, recibe asistencia de la Primera Región Sanitaria y la provisión de agua potable del Servicio Nacional de Saneamiento Ambiental.
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