(UH) Versiones dispares se tejen acerca del procedimiento en procura de la captura del EPP en la zona del enfrentamiento. Los jefes no admiten versiones. Un agente relató detalles del operativo.
Muchas versiones se tejen acerca del fallido operativo realizado en la mañana del jueves por agentes policiales durante la mortal incursión que tuvieron en los bosques de Kurusu de Hierro. Acerca de ese procedimiento errado que dejó a dos agentes fallecidos se comenta en forma insistente que algunos jefes policiales actuaron en forma deficiente.Una fuente confirmó que los agentes de antisecuestros dieron la información precisa del lugar por donde se estaba movilizando el grupo y que el procedimiento se debió realizar con una cantidad superior de 50 hombres atendiendo a que los miembros del grupo no dudan en disparar.
Fue un excelente trabajo de inteligencia de antisecuestros pero un mal procedimiento señalaron algunos jefes policiales, quienes creen que la FOPE no pidió refuerzos porque querían lucirse ellos.
De acuerdo a los datos, en la columna del EPP se encontraban Osvaldo Villalba, Manuel Cristaldo Mieres, Magna Meza y Liliana Villalba, actuales líderes del grupo armado y cuya captura redundaría en honores para el grupo que lo concretase.
Ningún jefe policial quiso referirse al tema, solo dijeron que los guerrilleros están en su hábitat, conocen el monte y además esperan. "No es fácil. Se entró con suficientes hombres pero ellos ya estaban esperando y estos son los riesgos que uno corre cuando se hace una incursión", explicó Elizardo Rojas.
EL FUEGO CRUZADO.
"Ese jueves era el último día de la incursión en el monte y luego ya íbamos a embarcarnos hacia Asunción, pero ocurrió la desgracia con nuestros camaradas", así relato a ÚH uno de los agentes que estuvo en el segundo anillo del grupo de policías que vivió en carne propia el enfrentamiento armado entre policías y miembros del EPP ocurrido en la mañana del jueves en los bosques de Kurusu de Hierro .
El uniformado, cuya identidad omitimos, expresó que el primer grupo que conformaba Carlos Cardozo y Lilio Giménez iba en un total de veintiún hombres equipados con los elementos necesarios que se requieren para la incursión en los bosques.
"Nuestra incursión no era el conocido abanico, sino denominado tipo L y yo junto a otros camaradas estábamos en el segundo grupo y nos llevábamos del primero poco más de cien metros. Eran cerca de las once tal vez cuando comenzaron los disparos hacia nosotros. Los primeros disparos realizados por los desconocidos provinieron desde la zona del tacuaral y eran en ráfagas. Nosotros respondimos de la misma forma y llegamos a herir a algunos de ellos. No pudimos seguir con la persecución porque teníamos a dos camaradas gravemente heridos", recordó el agente. A la vez, dijo que los disparos mutuos duraron poco más de media hora. "Luego de los disparos en ráfagas se escuchaban los tiros regulados, pero no podíamos avanzar mucho por temor a que nos alcance a uno. Nos parapetamos para hacerles frente".
Cada personal estaba provisto de cuatro cargadores de M-16, unos 120 proyectiles. Consultado si llevaban cascos de protección de kevlar indicó que no, pero que tampoco conoce si la Policía Nacional cuenta o no con estos elementos.
Uno de los fallecidos recibió 2 disparos en la frente que debía ser protegido por un casco.
Los soldados del EPP se llevaron una ametralladora de Carlos Cardozo.
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