Concepción.- (ABC) El Ministerio de Obras Públicas confirmó que la ruta a Vallemí será pavimentada. En nuestro país, la pavimentación se convirtió en parte de los problemas, ante la poca voluntad para mitigar el impacto ambiental. El norte de Concepción guarda recursos naturales de gran valor.
La apertura y sobre todo la pavimentación de un camino debe ser parte de una solución a problemas de desarrollo. En nuestro país, una ruta pavimentada se convierte en la suma de todos los males. El drama se inicia con habituales sobrecostos en la construcción, siguiendo con una mala calidad en la construcción. Estos problemas son graves, pero constituyen recién el inicio de los inconvenientes. La Ruta IV es un ejemplo notorio. Otro grave inconveniente es el diseño de las obras. Se realizan los proyectos sin considerar aspectos ambientales, con la intención generalizada de ahorrar costos, mientras se sobrefacturan otros rubros. Esto se puede comprobar al observar que generalmente las alcantarillas son escasas en las rutas de nuestro país. Los caminos, sobre todo cuando son pavimentados, se convierten en represas; como tales, entorpecen el escurrimiento natural de las aguas. A un lado de la ruta exceso de agua y al otro, un suelo seco, por el déficit en la instalación de alcantarillas. Camino a Vallemí Esta experiencia debería ser suficiente para construir la ruta Concepción-Vallemí en condiciones aceptables. Este tramo vial permitirá llegar a una región que se mantiene casi intacta, gracias al aislamiento y la lejanía. La pavimentación del trazado abrirá el norte de Concepción a nuevas oportunidades económicas; lamentablemente el desarrollo tiene como modelo la extracción y destrucción de recursos naturales. La ineficiencia e inacción de las instituciones gubernamentales se convierte en aliada de la depredación. El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones tiene previsto llamar a licitación para su pavimentación en el segundo semestre del año; a partir de allí es cuestión de meses el inicio de los trabajos, a lo largo de 176 kilómetros. La inversión ronda los 100 millones de dólares, que será distribuido entre las empresas que ganen el concurso de precios para una pavimentación que será llevada a cabo en tres etapas, de 56 kilómetros cada una. A esto se suma una buena cantidad de puentes de hormigón. El monto previsto para la pavimentación, que será financiado con Fondos Estructurales del Mercosur (Focem) es importante: 100 millones de dólares es una buena cantidad de plata, pero generar empleos y romper el aislamiento, constituyen solo un aspecto del problema. La protección ambiental, la preservación de recursos naturales y la implementación de medidas de protección son fundamentales. En el caso del norte de Concepción estamos hablando de bienes que no existen en otras regiones. Región extraordinaria El norte de Concepción se convirtió en una región extraordinaria: solo aquí se pueden encontrar miles de hectáreas de monte continuo, con una exuberante y vital población de animales silvestres. Bandadas de gua’a hovy y pytã no existen en ninguna otra parte del país, aquí se pueden observar decenas a lo largo del día. Desde el punto de vista paisajístico también es particular, dado que tiene la misma configuración de las sabanas del Africa, con la serranía de San Luis como telón de fondo. En Vallemí se encuentran las únicas cavernas de Paraguay. A partir de la estancia Ña Blanca, al norte de colonia San Alfredo, estos espacios internos de los cerros se van sucediendo unos a otros. Lamentablemente la explotación minera es un grave riesgo para la estabilidad de las cavernas. El uso de explosivos es intenso y las vibraciones ponen en peligro estas formaciones rocosas. Resulta imperioso otorgar la protección del Estado a las cavernas de Vallemí, son únicas y constituyen un patrimonio de nuestra nación. Lo mismo se puede decir del arroyo Tagatiyá, cuyas aguas corren en medio de un cauce de roca caliza. Las aguas son cristalinas en extremo y tienen un color turquesa. Se puede recordar la responsabilidad del Instituto Forestal Nacional o de la Secretaría del Ambiente o quizás de la misma Gobernación de Concepción, pero la protección de sitios extraordinarios en realidad cae sobre los hombros de la sociedad concepcionera organizada. Si las autoridades consideran que a nadie importa el destino de los recursos naturales, la depredación tendrá vía libre. La presión y reclamos de la ciudadanía son fundamentales para proteger estos recursos.
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