CONCEPCIÓN (ABC). Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la guerrilla más antigua de Latinoamérica, adiestraron al Ejército del Pueblo Paraguayo en el manejo de explosivos a través de varios correos electrónicos que intercambiaron los combatientes de ambos grupos. El alto poderío bélico del EPP pone en ventaja al grupo armado sobre las fuerzas públicas de nuestro país.
Si bien el escrito no tiene una fecha específica de redacción, se cree que los secuestradores contaban con el documento “instructivo” desde el año 2005.
Es importante recordar que al grupo extremista se le ha adjudicado la explosión de artefactos no solo en el departamento de Concepción, sino que también en la propia capital del país, específicamente en el Palacio de Justicia.
El pequeño cuaderno de bolsillo, que contiene la descripción exacta y hasta figuras explicativas, hace suponer que los escritos fueron copiados desde mails enviados por militantes de las FARC y trascriptos por integrantes del EPP.
Estopín eléctrico
En el material explicativo que poseían los miembros del EPP se detalla, por ejemplo, cómo funcionan los estopines eléctricos.
Según señalaron, es por la manera en que está escrito el material. Por ejemplo, dice “Fig 7” (figura siete), pero las figuras no tienen número, y además por los términos utilizados que no son habituales del Paraguay.
Según el manual, “los estopines eléctricos son fulminantes elaborados de tal manera que puedan hacerse detonar con corriente eléctrica. Con ello puede iniciarse al mismo tiempo varias cargas de explosivo de gran potencia y se puede comprobar con precisión en el momento de explosión, lo que no sucede con los fulminantes por la variación de la velocidad de combustión de la mecha”.
Además, explica sobre la “Cápsula Detonante”, donde señala: “Pirotecnia (no eléctrica)” y luego se observan dos figuras cilíndricas donde se da una explicación pormenorizada de la instalación del explosivo.
Más ataques
El hallazgo de los explosivos en los dos últimos campamentos del grupo, el año pasado, no ha diezmado el arsenal que poseen, ya que han atacado la comisaría de Horqueta, la sede de la fiscalía de la misma ciudad y la subcomisaría de Capitán Giménez con artefactos explosivos. El apoyo que les brindan pobladores, a menudo por temor, es de vital importancia, ya que tienen amplia cobertura para las huidas, caracterizadas últimamente por dejar minados los montes por donde escapan.
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