Gloria Piñánez dijo que su familia cree más en la supuesta carta del EPP, que en la versión oficial sobre la muerte de su hermano, el explosivista Enrique Piñánez, muerto en un confuso episodio producto de la explosión de una bomba el 26 de noviembre del 2014, en Cuero Fresco. Sobre el hecho la misma mujer en el pasado estimó hasta de una quema de archivo.
En esa fecha, el capitán de Ingeniería Enrique Piñánez y el suboficial José González Ferreira, murieron en una misión de la FTC.
La versión oficial que dieron los organismos de seguridad siempre fue confusa e iba cambiando. La historia oficial indica que el capitán Piñánez, el suboficial González y el agente de la Senad, Juan Manuel Jara, iban en una camioneta de la Secretaría Antidrogas, siguiendo a operadores logísticos de la ACA.
Esta vez vuelve a discutirse la versión de los hechos, con una supuesta carta del EPP que cuenta “la verdad” de lo que pasó.
“Los primeros días nos quisieron hacer creer, primero, que fue un accidente, después que fue un atentado”, recordó Gloria Piñánez, hermana del explosivista fallecido, quien manejaba mucha información, indicó. En el pasado, incluso llegó a pensar de que la muerte de su hermano pudo ser una quema de archivo.
“El gobierno ha mentido a los familiares, engaña al pueblo respecto a los hechos acontecidos aquel 26 de noviembre del 2014”, expresa el correo electrónico de un tal Rodrigo, supuesto miembro del EPP. El correo fue enviado a la radio Ñanduti y divulgado ayer.
La versión de los hechos que se cuenta en la carta enviada, señala que el artefacto explosivo preparado por el Capitán Piñánez debía ser activado a distancia mediante un teléfono celular, cuyo número poseía Luis Rojas, titular de la Senad.
“Fue dolorosísimo volver a leer. Después de 7 meses pensar que alguien tan cercano, pudo haber hecho eso, pudo haber sido un accidente. Tampoco puedo decir qué exactamente pasó”, dijo en la entrevista radial la hermana del explosivista muerto.
La supuesta carta del grupo armado explica así los hechos: “El EPP ha accedido a información sensible, en cuanto sigue. Entre las 19:00 a 20:00 horas, el agente Jara (el sobreviviente) pacta un encuentro en el tem 88 ubicado en Cuero Fresco, con su agente infiltrado en las filas del ACA, quien debía llevar provisiones con una bomba que estallaría una vez que esta llegara al campamento de la Asociación Campesina Armada (ACA)”.
“Una vez llegado al sitio -continúa la carta- Jara baja de su auto, camina unos metros, para encontrarse con su agente, el cual no quería que otros supieran de su identidad, segundos después el artefacto explota partiendo en mil pedazos a ambos militares. Allí no existió la impericia, ni la imprudencia de las personas que armaron dicho artefacto, sino que, en su acelerada y trastornada personalidad con complejo de Rambo, el Secretario de la Senad, Luis Rojas, activó el dispositivo, llamando al número del celular que haría explotar la bomba”, explica el correo electrónico.
Consultada en la entrevista si a la familia del fallecido le cierra más la versión del correo electrónico, Gloria Piñánez dijo que sí, “porque mi hermano no va a ser un suicida, un kamikaze”. Para la familia, indicó, lo que queda dilucidar es quién activó la bomba que mató a su hermano.
“Lo que queremos es saber la verdad. La versión oficial es que una persona en una moto tiró la mochila y explotó la bomba”, expresó la hermana del capitán fallecido.
También Gloria señala que aparte de no haberse realizado en la investigación fiscal varias diligencias, el doctor que atendió a los heridos, cambió su versión y dijo que más personas llegaron esa noche producto de las heridas de la explosión.
“No se hizo la reconstrucción de los hechos, no se les llamó a declarar a los sobrevivientes, ahora surge la versión del doctor que dice que atendió a tres y no a dos”, señaló.
Autoridades sostienen que militares murieron en atentado
La versión oficial que dieron los organismos de seguridad siempre fue confusa e iba cambiando. La historia oficial indica que el capitán Piñánez, el suboficial González y el agente de la Senad, Juan Manuel Jara, iban en una camioneta de la Secretaría Antidrogas, siguiendo a operadores logísticos de la ACA.
Esta vez vuelve a discutirse la versión de los hechos, con una supuesta carta del EPP que cuenta “la verdad” de lo que pasó.
“Los primeros días nos quisieron hacer creer, primero, que fue un accidente, después que fue un atentado”, recordó Gloria Piñánez, hermana del explosivista fallecido, quien manejaba mucha información, indicó. En el pasado, incluso llegó a pensar de que la muerte de su hermano pudo ser una quema de archivo.
“El gobierno ha mentido a los familiares, engaña al pueblo respecto a los hechos acontecidos aquel 26 de noviembre del 2014”, expresa el correo electrónico de un tal Rodrigo, supuesto miembro del EPP. El correo fue enviado a la radio Ñanduti y divulgado ayer.
La versión de los hechos que se cuenta en la carta enviada, señala que el artefacto explosivo preparado por el Capitán Piñánez debía ser activado a distancia mediante un teléfono celular, cuyo número poseía Luis Rojas, titular de la Senad.
“Fue dolorosísimo volver a leer. Después de 7 meses pensar que alguien tan cercano, pudo haber hecho eso, pudo haber sido un accidente. Tampoco puedo decir qué exactamente pasó”, dijo en la entrevista radial la hermana del explosivista muerto.
La supuesta carta del grupo armado explica así los hechos: “El EPP ha accedido a información sensible, en cuanto sigue. Entre las 19:00 a 20:00 horas, el agente Jara (el sobreviviente) pacta un encuentro en el tem 88 ubicado en Cuero Fresco, con su agente infiltrado en las filas del ACA, quien debía llevar provisiones con una bomba que estallaría una vez que esta llegara al campamento de la Asociación Campesina Armada (ACA)”.
“Una vez llegado al sitio -continúa la carta- Jara baja de su auto, camina unos metros, para encontrarse con su agente, el cual no quería que otros supieran de su identidad, segundos después el artefacto explota partiendo en mil pedazos a ambos militares. Allí no existió la impericia, ni la imprudencia de las personas que armaron dicho artefacto, sino que, en su acelerada y trastornada personalidad con complejo de Rambo, el Secretario de la Senad, Luis Rojas, activó el dispositivo, llamando al número del celular que haría explotar la bomba”, explica el correo electrónico.
Consultada en la entrevista si a la familia del fallecido le cierra más la versión del correo electrónico, Gloria Piñánez dijo que sí, “porque mi hermano no va a ser un suicida, un kamikaze”. Para la familia, indicó, lo que queda dilucidar es quién activó la bomba que mató a su hermano.
“Lo que queremos es saber la verdad. La versión oficial es que una persona en una moto tiró la mochila y explotó la bomba”, expresó la hermana del capitán fallecido.
También Gloria señala que aparte de no haberse realizado en la investigación fiscal varias diligencias, el doctor que atendió a los heridos, cambió su versión y dijo que más personas llegaron esa noche producto de las heridas de la explosión.
“No se hizo la reconstrucción de los hechos, no se les llamó a declarar a los sobrevivientes, ahora surge la versión del doctor que dice que atendió a tres y no a dos”, señaló.
Autoridades sostienen que militares murieron en atentado
Si bien la investigación por la muerte de dos militares, en Cuero Fresco, Horqueta, a consecuencia de una explosión está en ciernes, para las autoridades el hecho fue un atentado de la ACA. Sin embargo para el padre de una de las víctimas hay cosas que no cierran y pide que se investigue si el hecho es una consecuencia de la corrupción interna en la FTC.
A juzgar por las declaraciones del ministro del Interior Francisco de Vargas y la investigación realizada hasta ahora por el fiscal Joel Cazal, el capitán de ingeniería Enrique Pinánez, experto explosivista, y el suboficial José González Ferreira murieron en un atentado cuando investigaban a miembros de la logística de la ACA, que iban a recibir explosivos para luego detonarlos en distintos puntos del país.
Además del peritaje que confirma la detonación de explosivos en el vehículo en el que ambos iban, se basan en manuscritos incautados por la FTC de un campamento de la ACA.
Ese escrito refiere que el 26 de noviembre, a las 21:00, dos integrantes de la ACA se acercaron hasta un punto fijado en Yby Yaú para retirar explosivos consistentes en gel y granada industrial.
En una motocicleta, a través de la Ruta V, transportaron la carga hacia Arroyito. Por el camino fueron seguidos por una camioneta lujosa que se les adelantó frente a la comisaría de Cuero Fresco, “empezando una maniobra para detener a los guerrilleros, apuntándoles con un fusil desde la ventanilla del vehículo y mientras maniobraban para atravesarles y cerrarles el paso, los guerrilleros activaron una granada, lanzando cerca del vehículo junto a la bolsa de explosivo”.
Según el documento, dieron vuelta la motocicleta “volviendo sobre sus pasos, siendo saludados por una ráfaga de arma automática que brillaban por el pavimento y en unos segundos vieron y escucharon la detonación de los explosivos”.
Añade que dos militares murieron descuartizados “y otros dos agentes de la Senad, heridos gravemente, que el Gobierno trató de ocultar por todos los medios. Los dos guerrilleros regresaron sanos”.
Basado en estos elementos, el fiscal Cazal imputó días atrás a Alfredo Jara Larrea, considerado cabecilla de la ACA.
Formuló cargos por el hecho de terrorismo, asociación terrorista, lesión grave y homicidio doloso por el caso del fallecimiento de los militares y las lesiones que sufrió el agente de la Senad Juan Manuel Jara, que quedó con graves secuelas en la audición.
Jara era el chofer de la camioneta que explotó.
Cuestionan la investigación
Para el Gral. (SR) Herminio Piñánez no se investigó a fondo la muerte de su hijo. Uno de sus cuestionamientos es por qué cuatro miembros de la FTC iban en la camioneta y solo dos murieron, pese a la potencia de la explosión. Uno de ellos es el chofer Jara y otro un agente encubierto de la Senad, que el militar retirado cuestiona no se le llamó a declarar para que cuente el hecho.
A juzgar por las declaraciones del ministro del Interior Francisco de Vargas y la investigación realizada hasta ahora por el fiscal Joel Cazal, el capitán de ingeniería Enrique Pinánez, experto explosivista, y el suboficial José González Ferreira murieron en un atentado cuando investigaban a miembros de la logística de la ACA, que iban a recibir explosivos para luego detonarlos en distintos puntos del país.
Además del peritaje que confirma la detonación de explosivos en el vehículo en el que ambos iban, se basan en manuscritos incautados por la FTC de un campamento de la ACA.
Ese escrito refiere que el 26 de noviembre, a las 21:00, dos integrantes de la ACA se acercaron hasta un punto fijado en Yby Yaú para retirar explosivos consistentes en gel y granada industrial.
En una motocicleta, a través de la Ruta V, transportaron la carga hacia Arroyito. Por el camino fueron seguidos por una camioneta lujosa que se les adelantó frente a la comisaría de Cuero Fresco, “empezando una maniobra para detener a los guerrilleros, apuntándoles con un fusil desde la ventanilla del vehículo y mientras maniobraban para atravesarles y cerrarles el paso, los guerrilleros activaron una granada, lanzando cerca del vehículo junto a la bolsa de explosivo”.
Según el documento, dieron vuelta la motocicleta “volviendo sobre sus pasos, siendo saludados por una ráfaga de arma automática que brillaban por el pavimento y en unos segundos vieron y escucharon la detonación de los explosivos”.
Añade que dos militares murieron descuartizados “y otros dos agentes de la Senad, heridos gravemente, que el Gobierno trató de ocultar por todos los medios. Los dos guerrilleros regresaron sanos”.
Basado en estos elementos, el fiscal Cazal imputó días atrás a Alfredo Jara Larrea, considerado cabecilla de la ACA.
Formuló cargos por el hecho de terrorismo, asociación terrorista, lesión grave y homicidio doloso por el caso del fallecimiento de los militares y las lesiones que sufrió el agente de la Senad Juan Manuel Jara, que quedó con graves secuelas en la audición.
Jara era el chofer de la camioneta que explotó.
Cuestionan la investigación
Para el Gral. (SR) Herminio Piñánez no se investigó a fondo la muerte de su hijo. Uno de sus cuestionamientos es por qué cuatro miembros de la FTC iban en la camioneta y solo dos murieron, pese a la potencia de la explosión. Uno de ellos es el chofer Jara y otro un agente encubierto de la Senad, que el militar retirado cuestiona no se le llamó a declarar para que cuente el hecho.
HOY/ABC
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