La citada institución tiene 106 alumnos del preescolar al noveno grado y debido al avance del río Paraguay tuvo que trasladarse al antiguo local estatal, donde, según se pudo percibir, no existen las condiciones pedagógicas para el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Precariedad. Los niños más pequeños ingresan a improvisadas y pequeñas aulas creadas por los docentes, mientras los estudiantes de grados superiores desarrollan las clases en la intemperie, debiendo soportar el intenso calor que reina en la ciudad.
Las salas no tienen ventiladores y los pizarrones son aportes de algunos docentes, mientras que las sillas son añejas y muchas de ellas están rotas, pero los maestros las arreglaron parcialmente.
Según comentó Sandra Carolina Méndez, coordinadora docente de primer grado, la condición pedagógica es lamentable porque las improvisadas aulas ni siquiera tienen ventilación y están entre chatarras y objetos antiguos de Aduanas y el Puerto.
Remarcó que, lastimosamente, la situación de esta escuela poco importa a las autoridades, ya que el traslado y la reubicación corrieron por cuenta del director y los docentes, a través de la autogestión.
“Al Ministerio de Educación y Cultura no le importa nuestra situación, acá sufrimos con los alumnos y sin ninguna ayuda”, destacó.
Poca asistencia. La docente resaltó que solo el 60 por ciento de los alumnos acuden a las aulas porque aún quedan familias que no dejan la isla.
“Creo que seguiremos así, tampoco podemos obligar a los padres a que abandonen la isla”, expresó.
Por su parte, Victorina Ruiz, dirigente de Chaco’i, reconoció que unas 80 familias se resisten a salir del lugar.
“Es por eso que los niños no acuden a la escuela, sus padres no tienen condiciones de pagar 50.000 guaraníes mensuales a los canoeros para cruzar el río”, señaló.
Precariedad. Los niños más pequeños ingresan a improvisadas y pequeñas aulas creadas por los docentes, mientras los estudiantes de grados superiores desarrollan las clases en la intemperie, debiendo soportar el intenso calor que reina en la ciudad.
Las salas no tienen ventiladores y los pizarrones son aportes de algunos docentes, mientras que las sillas son añejas y muchas de ellas están rotas, pero los maestros las arreglaron parcialmente.
Según comentó Sandra Carolina Méndez, coordinadora docente de primer grado, la condición pedagógica es lamentable porque las improvisadas aulas ni siquiera tienen ventilación y están entre chatarras y objetos antiguos de Aduanas y el Puerto.
Remarcó que, lastimosamente, la situación de esta escuela poco importa a las autoridades, ya que el traslado y la reubicación corrieron por cuenta del director y los docentes, a través de la autogestión.
“Al Ministerio de Educación y Cultura no le importa nuestra situación, acá sufrimos con los alumnos y sin ninguna ayuda”, destacó.
Poca asistencia. La docente resaltó que solo el 60 por ciento de los alumnos acuden a las aulas porque aún quedan familias que no dejan la isla.
“Creo que seguiremos así, tampoco podemos obligar a los padres a que abandonen la isla”, expresó.
Por su parte, Victorina Ruiz, dirigente de Chaco’i, reconoció que unas 80 familias se resisten a salir del lugar.
“Es por eso que los niños no acuden a la escuela, sus padres no tienen condiciones de pagar 50.000 guaraníes mensuales a los canoeros para cruzar el río”, señaló.
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