Los policías y militares, que integran la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), identificaron como sospechosa a la joven a partir del hallazgo de varias fotografías de ella en los campamentos en el monte de la ahora ya desaparecida gavilla Agrupación Campesina Armada (ACA).
En conversación exclusiva con ABC Color, en la Fiscalía de Santa Rosa del Aguaray, la joven admitió haberse incorporado a la banda armada hace dos meses, detrás de su pareja Idilio Morínigo, de 28 años, quien a su vez intentó reorganizar la ACA tras la muerte de sus principales cabecillas, el último de ellos Alfredo Jara Larrea.
Sin embargo, el propio Idilio también fue eliminado por la FTC, el martes de noche, al intentar cruzar la Ruta III “General E. Aquino” en la zona del distrito de Azote’y, junto con otros cuatro cómplices, los cuales lograron huir y entre quienes estaba la joven detenida ayer, según confesó esta.
Ana Beatriz, igualmente, confirmó que uno de los últimos crímenes de Idilio fue el del despensero Sebastián Hidalgo Cano, de 69 años de edad, ultimado a tiros el 4 de abril pasado en Tacuatí.
Idilio Morínigo, al momento de su último enfrentamiento, tenía un fusil calibre .30 y una pistola Glock 9 mm, que había sido robada a un suboficial de Policía por una somnilera.
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