Alto Paraguay.- Quienes perdieron a sus familiares recuerdan con tristeza la mayor tragedia registrada en la historia de la navegación en el Paraguay.Cirilo Lima, quien perdió a su padre Buenaventura Lima en el naufragio, comentó que en la víspera de aquel accidente lo despidieron antes de que zarpara el barco desde el Puerto de Asunción, en la playa Montevideo.
"Nos despedimos como siempre, con abrazos y besos en la mejilla, mi madre tenía que viajar también pero como estaba con fiebre y un examen en la facultad, papá ahí mismo decidió que se quede ella", rememoró el hombre.
Dijo que en ningún momento pasó por sus cabezas que al siguiente día, el 10 de febrero, recibiría la ingrata noticia del naufragio. El mismo ocurrió a la altura del Puerto Kemmerich, donde se habían subido muchos pasajeros. Era el único transporte fluvial de la época que hacía la travesía hasta Vallemí, recordó.
Muchos pasajeros oriundos de Puerto Casado perecieron ahogados y sus restos fueron hallados días después, como el de Don Buenaventura, quien perdió la vida a los 41 años, cuando su hijo Cirilo tenía 20 años y estudiaba en la capital.
Los cadáveres fueron transportados en ataúdes cerrados donados por el municipio de Concepción hasta el muelle de Casado, donde los familiares recibían a sus seres queridos para llevarlos hasta sus casas.
MÁS DATOS. Las víctimas del naufragio se estiman en 130 entre tripulantes y encargados. Más de 40 lograron sobrevivir.
El barco volcó en una vuelta campaña tras un repentino tornado que azotó la zona y, aunque no duró mucho tiempo, fue suficiente para causar la tragedia que hasta hoy día se recuerda con mucho dolor.
En este episodio perecieron familias enteras, niños, mujeres, adultos y ancianos que viajaban en el buque, que era un importante medio de transporte fluvial en la zona norte del país.
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