En el caso del Chikungunya, el enfermo refiere un brote súbito de fiebre, acompañado por dolor en las articulaciones. Durante la fase crónica, pueden incluir fatiga, dolores musculares y de cabeza, acompañado de nauseas, fatiga y sarpullidos. El periodo de transmisión de la enfermedad se extiende de 7 a 12 días.
Mientras que, con el Zika, el riesgo de transmisión es de 3 a 7 días. La persona afectada por este virus suele generar fiebre leve y erupciones en piel o sarpullidos, así como conjuntivitis y dolores musculares/articulares, con un malestar general.
Se insta a la ciudadanía a que, ante presencia de fiebre o cualquier otro malestar, acuda al servicio de salud más cercano para recibir el tratamiento correspondiente, y a no automedicarse para impedir que el cuadro se complique.
Uso de repelente
El repelente está indicado para utilizarlo al aire libre. Si bien su toxicidad es baja, debe ser aplicado con precaución, sobre todo en niños, siguiendo estrictamente la advertencia del etiquetado. Pero mucho ojo, no colocar el producto en menores de 2 meses.
Para garantizar la protección, el repelente debe contener 20% de DEET y no sobrepasar el 30% de esta concentración. Su aplicación debe realizarse en promedio, cada 3 a 6 horas, de acuerdo con la transpiración de la persona.
Para el interior de los domicilios, se aconseja el uso de mosquiteros y telas metálicas en puertas y ventanas. En el caso de los espirales y tabletas, éstos deben utilizarse igualmente con moderación.
Fuente: MSPBS
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