Jóvenes mujeres de las compañías alejadas de esta ciudad y de otras del departamento de Concepción cuentan con una residencia estudiantil denominada hogar taller “Tres Violetas”. Fue habilitada en el 2003 por la congregación religiosa de los Hermanos Maristas (HH.MM).
El local cuenta con una infraestructura con tres viviendas con una capacidad para albergar a 40 personas.
También tiene un salón en el que se desarrollan cursos de capacitación de costura, serigrafía y cocina.En la actualidad un total de treinta jóvenes, de las compañías de los distritos de Belén, Loreto, Concepción y de Horqueta e incluso Tacuatí (departamento de San Pedro), residen en el sitio.La profesora Ana Lucía Tufari Recalde y la Lic. Eugenia García de Casco coordinan las actividades de la institución.
La profesora Tufari explicó que el hogar-taller lleva la denominación “Tres Violetas” porque es un símbolo de la congregación de los Hermanos Maristas. Significan valores como la humildad, la sencillez y la modestia, dijo.
La alimentación de las residentes del hogar-taller se cubre con los ingresos que generan ellas.
Señaló que la residencia recibe a las estudiantes de escasos recursos oriundas de comunidades aisladas, donde no existen colegios y tampoco cuentan con servicios de transporte público. La docente indicó que para cubrir los gastos de alimentación, los familiares de las internas que tienen posibilidades aportan G. 5.000 diariamente.
La alimentación de las residentes del hogar-taller se cubre con los ingresos que generan ellas.
Señaló que la residencia recibe a las estudiantes de escasos recursos oriundas de comunidades aisladas, donde no existen colegios y tampoco cuentan con servicios de transporte público. La docente indicó que para cubrir los gastos de alimentación, los familiares de las internas que tienen posibilidades aportan G. 5.000 diariamente.
El hogar se sustenta en mayor medida con los fondos que ingresan por la venta de remeras y buzos para las instituciones educativas de la zona. Las prendas son confeccionadas por las propias internas, que cuentan con un taller para la tarea. También fabrican almohadones, gorras, tapetes para pisos, entre otros productos.
Los servicios de energía eléctrica de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y de agua potable los pagan con el aporte económico de la comunidad marista para el mantenimiento de la residencia.
En representación de las jóvenes, Nimia Núñez, de Kurusu de Hierro, manifestó que en el hogar-taller reciben una educación integral en la que se incluye n formación espiritual y capacitación en los oficios.