Caballero igualmente sentenció que la actuación de los uniformados, que prácticamente dan luz verde para el tráfico ilegal en el tramo que une la capital departamental con Loreto y Paso Barreto, se debe a la negligencia o complicidad con la delincuencia.
Argumentó que un agente que presta servicio en lejanas comisarías del interior generalmente incurre en la complicidad encubierta, ya que hacen oído sordo y vista gorda a los hechos ilícitos porque no tienen los elementos para combatir la delincuencia o no sienten el respaldo institucional de la Comandancia.
El viceministro enfatizó que la política institucional de la cartera del Estado es reestructurar la organización de la Policía, a fin de lograr el óptimo desempeño de los uniformados y brindar la mayor seguridad a los pobladores.
TRASLADOS.
El jefe de Orden y Seguridad de Concepción, comisario principal Carlos Aguilera, cambia constantemente de versión sobre el traslado de los uniformados. En una ocasión sostuvo que el envío de agentes a otras dependencias fue para evitar suspicacias. Luego, presentó una extensa lista, que no quiso dar para publicar, donde consta el nombre y grado de los efectivos que llegan y se van de Concepción.
Aguilera aseveró que los traslados son normales, pero llamativamente la rotación de personal afecta a comisarías de Loreto, Horqueta, Concepción y Jhuguá Ñandú.
LAS SOSPECHAS
Los propios compañeros de los uniformados afectados consideran que el traslado se debe a que los mismos estarían de alguna forma vinculados o tienen demasiada información del secuestro del ganadero Fidel Zavala.
En una oportunidad el ministro Rafael Filizzola admitió la complicidad con el EPP de algunos policías.