Juan Bóveda |
(ABC) El cacique de la parcialidad Pãi Tavyterã del departamento de San Pedro, cercano al dpto. de Concepción, Elvio Silva, asegura que están cansados de solicitar un rubro para el docente de la institución, pero nadie les responde. El docente Juan Bóveda, pese a los múltiples obstáculos de la vida, hace patria, enseñando los 6 grados y sin rubro, con cifradas esperanza de conseguir su nombramiento.
La comunidad indígena Yby Poty, de la parcialidad Pãi Tavyterã, cuenta con una escuela construida por el Instituto Paraguayo del Indígena (INDI). Recibe a unos 20 alumnos que estudian del primer hasta el sexto grado.
El cacique Elvio Silva aseguró que están cansados de arrimar solicitudes y documentos para conseguir el rubro para el único docente con que cuentan. Pero no son atendidos.
Afirma que están llenos de protocolos, “San Pedro queda lejos, son cuatro horas de viaje para llegar. Varias veces hemos solicitado el rubro, hace tres años que estamos en la comunidad y no nos hacen caso”, reclamó.
Incluso advirtió que están pensando realizar una manifestación si las autoridades siguen sin hacerles caso. “No acostumbramos manifestarnos, pero estamos obligados a hacerlo porque no nos hacen caso”, indicó.
Por su parte, el docente Juan Bóveda se ingenia para enseñar en el turno mañana los 6 grados de la escolar básica. No cuenta con rubros ni siquiera para los materiales didácticos. “Utilizo periódicos, como materiales y trato de atenderles a todos, enseñarles todo lo que se pueda”, indicó.
Señaló además que aguarda algún rubro del Ministerio de Educación y Culto (MEC), ya que hace dos años está trabajando en estas condiciones.
La comunidad, integrada por unas 15 familias está ubicada dentro de una propiedad de 200 hectáreas a unos 5 km de Puerto Ybapobó, y a unos 150 km de la capital departamental, camino de tierra y en pésimas condiciones.
Ejemplo de vida del docente
La historia de lucha día a día del docente es un capítulo aparte y cada vez es más dura. Es oriundo de Concepción. El docente enseña en otra escuela en el turno tarde, allí cuenta con un rubro de G. 1.200.000, que con los descuentos percibe unos G. 900.000 mensuales.
En la escuela Sagrado Corazón de Jesús de Puerto Ybapobó, a unos 5 km de la comunidad indígena, Bóveda enseña el segundo grado. El joven comentó que duerme en una de las aulas de la institución y a la madrugada se levanta para dejar en condiciones la clase para los del turno mañana.
El docente comentó que está casado y tiene una hija de 5 años quien nació con una grave enfermedad y que el tratamiento es bastante caro. Dijo que gracias a la ayuda de la gente, la niña está saliendo adelante, pero que en dos años más deberá ser sometida a cirugía.
El docente paga su alimentación, su pasaje de G. 20 mil cada fin de semana para ver a su hija y esposa. Explicó que de los G. 900 mil no le sobra nada, incluso comentó que sus compañeros saben su situación y muchos le ayudan. “Necesito el rubro, para seguir con la dignidad de siempre trabajando. Tengo que aguardar el aguinaldo para obtener algo de respiro y seguir, con la fe y esperanza de conseguir algo”, expresó.
El cacique Elvio Silva aseguró que están cansados de arrimar solicitudes y documentos para conseguir el rubro para el único docente con que cuentan. Pero no son atendidos.
Afirma que están llenos de protocolos, “San Pedro queda lejos, son cuatro horas de viaje para llegar. Varias veces hemos solicitado el rubro, hace tres años que estamos en la comunidad y no nos hacen caso”, reclamó.
Incluso advirtió que están pensando realizar una manifestación si las autoridades siguen sin hacerles caso. “No acostumbramos manifestarnos, pero estamos obligados a hacerlo porque no nos hacen caso”, indicó.
Por su parte, el docente Juan Bóveda se ingenia para enseñar en el turno mañana los 6 grados de la escolar básica. No cuenta con rubros ni siquiera para los materiales didácticos. “Utilizo periódicos, como materiales y trato de atenderles a todos, enseñarles todo lo que se pueda”, indicó.
Señaló además que aguarda algún rubro del Ministerio de Educación y Culto (MEC), ya que hace dos años está trabajando en estas condiciones.
La comunidad, integrada por unas 15 familias está ubicada dentro de una propiedad de 200 hectáreas a unos 5 km de Puerto Ybapobó, y a unos 150 km de la capital departamental, camino de tierra y en pésimas condiciones.
Ejemplo de vida del docente
La historia de lucha día a día del docente es un capítulo aparte y cada vez es más dura. Es oriundo de Concepción. El docente enseña en otra escuela en el turno tarde, allí cuenta con un rubro de G. 1.200.000, que con los descuentos percibe unos G. 900.000 mensuales.
En la escuela Sagrado Corazón de Jesús de Puerto Ybapobó, a unos 5 km de la comunidad indígena, Bóveda enseña el segundo grado. El joven comentó que duerme en una de las aulas de la institución y a la madrugada se levanta para dejar en condiciones la clase para los del turno mañana.
El docente comentó que está casado y tiene una hija de 5 años quien nació con una grave enfermedad y que el tratamiento es bastante caro. Dijo que gracias a la ayuda de la gente, la niña está saliendo adelante, pero que en dos años más deberá ser sometida a cirugía.
El docente paga su alimentación, su pasaje de G. 20 mil cada fin de semana para ver a su hija y esposa. Explicó que de los G. 900 mil no le sobra nada, incluso comentó que sus compañeros saben su situación y muchos le ayudan. “Necesito el rubro, para seguir con la dignidad de siempre trabajando. Tengo que aguardar el aguinaldo para obtener algo de respiro y seguir, con la fe y esperanza de conseguir algo”, expresó.