Al llegar los efectivos, los traficantes que estaban en el lugar huyeron y abrieron fuego contra los uniformados. Tras un breve tiroteo, que no dejó heridos, los malvivientes se internaron en el bosque y escaparon. Se cree que tenían entre ellos a un hombre conocedor de la región, por eso cuando se montó una patrulla para buscarlos fue imposible seguirles.
Los agentes de la Senad y la FTC encontraron en los campamentos 700 kilos de marihuana en panes ya prensados y listos para ser sacados de los montes. También había 1.287 kilos de marihuana picada distribuidos en 48 bolsas grandes.
En el sitio también estaba una camioneta Chevrolet S-10 color gris, sin chapa, que era utilizada por los narcos para sacar los panes de la droga.
En el vehículo se encontró una licencia de conducir expedida de la ciudad de Santa Rosa de Aguaray a nombre de Diego René González, una cédula de identidad 4.467.461 a nombre de Diego René González. Se va investigar quién es la persona que dejó su documento y su vehículo en el lugar.
En su huida, los narcos dejaron abandonados, a parte de la droga, dos prensas, dos gatos hidráulicos y elementos de labranzas.
También los traficantes tenían camas hechas con postes y telas que tenían en el sitio. Se presume que desde hace tiempo estaban realizando el cultivo, cosecha y procesamiento de la droga. El lugar tenía todas las comodidades para que los labriegos pudieran hacer el proceso de la marihuana y luego enviarla al Brasil, donde era comercializada.
El fiscal antidrogas Celso Morales, informó al juez Roberto Pereira del hallazgo y el magistrado ordenó que toda la evidencia una vez revisada sea quemada en el mismo lugar.
En el sitio, según se supo, no hay señal de teléfonos celulares por lo que los que estaban en los campamentos no pudieron ser alertados de la intervención y por esa razón fueron sorprendidos y tuvieron que huir sin nada.
ABC