Precariedad. Aunque no puede implementar tecnología en la huerta por falta de recursos, su producción es excelente.
Se trata de don Tomás Pérez, labriego de la compañía Ko’e Porá, distrito de Concepción, donde tiene su parcela de tierra en la que produce una huerta desde hace años.
Sus mejores producciones son la lechuga y el repollo, cuyos tamaños y calidad son los más preciados.
Según comentó Moisés Pérez, hijo del productor, el resultado del trabajo es muy bueno porque todos sus productos los comercializan en Concepción.
“Por la calidad vende directamente a los supermercados que valoran nuestros productos, para lo cual mi papá consiguió su registro único de contribuyente (RUC)”, sostuvo el joven.
En otro momento señaló que lamentablemente la capacidad económica no alcanza para implementar más tecnología a la huerta, ya que carecen de cañería para sistema de goteo y media sombra.
“La idea es producir en época de verano, pero es difícil porque los elementos agrícolas son caros”, remarcó.
Explicó que con el trabajo de su papá, su hermano mayor ya concluyó sus estudios universitarios y que él está en el cuarto año de la carrera de agronegocios.
PRODUCCIÓN. La producción es variada porque a más de la lechuga y el repollo gigantes, también producen zanahoria, cebolla, rabanito, tomate, etc.
Pérez ha obtenido como elemento de traslación un motocarro, en el cual acarrea sus productos hasta la capital departamental.
La comunidad queda distante a unos 10 km de Concepción, donde funcionaba un comité de agricultores, que por falta de apoyo estatal se ha desintegrado.
UH