Miles de concepcioneros prefirieron quedarse en la ciudad a refrescarse en las aguas del río Paraguay, que, pese a estar un poco crecido, ofreció espacios para los bañistas. Mientras otras familias optaron por dejar la ciudad e ir en búsqueda de lugares donde poder combatir el intenso calor reinante, no solo en el departamento, sino en todo el país.
Muchos de ellos cruzaron el río y llegaron a orillas del río en el lado chaqueño, donde las playas son más amplias y el ambiente es más tranquilo, es decir, menos sonidos estridentes, ya que no cruzan los automóviles.
Los canoeros tuvieron un gran incentivo de trabajo, gracias al numeroso público que optó por utilizar este medio de transporte para llegar a la isla.
“Esperamos que en el año nuevo podamos tener más pasajeros, eso nos ayudará mucho económicamente”, dijo uno de los canoeros.
Según se pudo observar, diariamente las personas concurre al río, lo que se presume será una constante especialmente para “refrescarse” luego de las fiestas de fin de año.
Lamentablemente, no hay organización y las autoridades no se preocupan en generar mayores atractivos para explotar la exuberante belleza natural que posee Concepción, dijo Víctor Huerta, poblador antiguo de Concepción.
Otros lugares visitados durante tras las fiestas, fueron los arroyos Tagatiyá, distantes entre 90 a 100 km de Concepción, sobre la ruta a Vallemí en el distrito de San Alfredo; la pileta municipal y las playas Pororó de Belén, distante a 20 km; las playas del Aquidabán en Paso Horqueta, Paso Barreto y Paso Mbutu; las playas del río Apa en Vallemí, entre otros.
UH