Cleofe Ramón fue al campo de batalla junto a dos de sus hermanos, de los cuales uno ya falleció. En 1974 quedó viudo y desde entonces no se volvió a casar. Actualmente tiene problemas de audición y solo ve a través de un ojo. Se declaró fanático colorado y olimpista. Tiene 10 hijos, 47 nietos, 62 bisnietos y 1 tataranieto. Su lucidez es admirable. Recordó que nació en la localidad de Laguna Cristo Rey, el 9 de abril de 1911, y desde muy joven trabajó en las estancias de la zona.
Cumplió con el servicio militar y luego, con 21 años de edad, le llamaron para ir al frente de batalla en el Chaco. Contó que dos de sus hermanos de padre también fueron a la contienda, uno de ellos falleció. Dijo que luego de recibir un proyectil en la pierna izquierda, le llevaron hasta el hospital de Isla Po’i, donde recibió atención médica.
Posteriormente, llegó en tren al centro asistencial de Puerto Casado y de ese lugar zarpó, en una embarcación, rumbo al puerto de Concepción, donde estuvo un mes, para luego ir a Asunción, donde le operaron. Indicó que luego de recuperarse siguió defendiendo a la patria, en el Chaco, por más de un año.
Después de la guerra, volvió a trabajar en establecimientos ganaderos de la zona norte, ostentando la graduación de cabo segundo. Para percibir su sueldo de excombatiente don Ramón se traslada en motocicleta, acompañado de algún familiar, y debe formar fila, lo que le obliga a hacer un gran esfuerzo físico. Sus familiares señalaron que es muy metódico.
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