El día en que Arlan Fick fue secuestrado, su papá Alcido llegó a realizar tres disparos contra los miembros del grupo armado, revela un reportaje de la revista brasileña Época.
"La guerrilla que aterroriza al Paraguay y mantiene a un brasileño como rehén" es el título de un extenso reportaje publicado en la última edición de la revista brasileña Época, firmada por sus enviados especiales a la región de Azotey, Concepción, el periodista Vinicius Gorczeski y el fotógrafo Rogerio Casimiro.Tras ser recibidos por Álcido Fick y su esposa Melania, los reporteros lograron reconstruir con detalles como fue el secuestro del joven Arlan, de 16 años, el 2 de abril, por parte del grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
El adolescente estaba jugando videogame en su cuarto, cuando se oyó un gran estruendo. Álcido estaba en el dormitorio con su esposa y su nieta Marisol, al escuchar el ruido tomó su rifle calibre 22 y salió al comedor, encontrándose con Arlan, asustado.
"Alguien pateaba contra la puerta del cuarto de Arlan. El joven se ocultó detrás de la cómoda. Marisol y Melania se tiraron debajo de la cama", relata el texto.
"Álcido no se entregó. Desde la entrada del cuarto de su hijo, disparó tres veces en dirección al que estaba intentando derribar la puerta. Del lado de afuera hubo gritos. Vinieron otros disparos en respuesta. Una de las balas destrozó la televisión nueva, de 40 pulgadas, que Arlan había ganado hacía apenas 15 días", agrega.
El relato sigue: "Por la puerta del fondo, un grupo de hombres uniformados y armados invadió la casa. Llegó disparando al cuarto en que estaba la familia. '¡Somos del EPP! ¡Salgan o vamos a hacer explotar la casa con granadas!', gritó uno de los uniformados".
Cómo se llevaron a Arlan
La familia entonces percibió que no era solo un asalto y decidió rendirse, dicen los periodistas de Época.
"En la sala de al lado, Arlan fue obligado a arreglar una maleta. Querían llevarlo. Había 14 invasores dentro de la casa. Otros dos estaban en la puerta de entrada, armados con subametralladoras modernas, Mini-Uzis calibre 9 milímetros", narran.
Luego cuentan acerca de la llegada de los miembros de las Fuerzas de Tarea Conjunta, el enfrentamiento a tiros en que mueren dos integrantes del EPP y un militar, la huida y las exigencias de pago de rescate al padre de Arlan, por 500 mil dólares.
"Álcido dijo que no tenía tanto dinero. 'Arreglate', le dijeron. Intentó explicar que iba a conseguir 200 mil dólares con un contacto. 'Sin contacto. O lo traés o craaa...', le dijo uno de los guerrilleros, pasándose la mano por el cuello", dice el reportaje.
El pago del rescate
El papá de Arlan no dijo nada sobre el pedido de rescate a las autoridades, solo lo contó a su mujer y a cuatro personas íntimas, pidiéndoles que guarden silencio, por la vida de su hijo.
"La única preocupación de Álcido era obtener los 500 mil dólares. Cada llamada telefónica que hacía a su grupo de amigos, que sabían del pedido de rescate, era intercalado por el tormento de la espera. Los ocho días de plazo se agotaban. El último día, un amigo de Álcido medió un préstamo salvador. Álcido tendría que devolver el dinero en cinco años, si no deberá entregar su hacienda con 124 hectáreas, la casa y las maquinarias agrícolas", relata.
Finalmente el dinero llegó desde Asunción, a bordo de un auto con un hombre armado.
Con el dinero en las manos, Alcido se internó en el bosque para encontrar el lugar que le habían señalado para el pago. Finalmente se encontraron, pero Arlan no estaba allí.
"Tu hijo está bien", le dijeron. "¿Cómo puedo saber?", preguntó Álcido. Quedó sin respuesta. Uno de los hombres arrojó a sus pies una bolsa, en la que había un CD. Le ordenador recogerlo y regresar.
"De vuelta a casa, Álcido lloró como nunca había llorado en la vida. En el CD, el EPP le ordenaba distribuir alimentos por 50 mil dólares a poblados de la región", señala el texto.
El resto del reportaje hace una caracterización del EPP, al que los periodistas de Época califican como "un grupo armado que promueve actos terroristas para derribar a la democracia, a la que llama de 'burguesa imperial' y sustituirla por la fuerza con un 'gobierno popular'".
"La desigualdad del Paraguay, tercero país más desigual de América del Sur, alimenta al trabajo del EPP", destaca.
Fuente: UH
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