A través de un convenio con la cartera de Estado, en el lugar se asistirá a miles de personas de los barrios Inmaculada, San José Olero y San Roque.
La tarea de remodelación y reparación está concluyendo con recursos propios de los parroquianos, que organizaron actividades para recaudar fondos, entre ellas una rifa. “Estamos solventando con apoyo de los parroquianos, este domingo vamos a sortear nuestra rifa, para lo cual colaboraron muchas personas”, señaló el padre Julián Cristaldo, cura párroco de la parroquia Virgen del Carmen.
Destacó que la Clínica dejó de funcionar hace 5 años, por lo que la infraestructura está muy golpeada, pero que quedará muy bien.
Añadió que el Ministerio de Salud ya concedió un médico y una enfermera para hacer funcionar la USF, apenas concluyan los trabajos de reparación del edificio, asentado en el inmueble de la parroquia dependiente del obispado.
Servicio social. La clínica Juan XXIII funcionó muchos años cumpliendo un invalorable servicio social a la comunidad. Incluso, su infraestructura servía de aulas para la escuela de enfermería que ha formado a muchos profesionales de la salud, pero tuvo que cerrar.
Los tres barrios que serán beneficiados son muy abandonados y tienen habitantes muy humildes, que, muchas veces, no tienen la posibilidad de acudir al Hospital Regional de Concepción. Por tal motivo, la USF les servirá bastante, según el sacerdote.
Los pobladores están muy contentos con el proyecto, que les garantiza atención y asistencia médica.
San Antonio. Por otro lado, la unidad de salud familiar del barrio San Antonio, que funciona en el predio de la escuela parroquial dependiente del Obispado, debe conseguir un terreno para la construcción del local propio.
El convenio con el obispado ya concluyó el año pasado y ahora esperan que la Municipalidad transfiera un terreno al Ministerio de Salud para la construcción del local.
UH
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