(ABC). Fidel Zavala tuvo que caminar más de cinco horas –desde las 15:00 hasta las 20:10 aproximadamente– para llegar hasta el retiro Santo Domingo, predio ubicado en su propia estancia “Rancho Z”, desde donde recién pudo comunicarse vía walkie talkie con su personal, confirmaron ayer fuentes que vivieron paso a paso el proceso final del cautiverio.
El ganadero fue liberado en los límites ubicados entre la estancia Mandyyú (propiedad del Gral. Marcial Samaniego) y su propio establecimiento “Rancho Z” entre las 15:00 y 15:30 del domingo último. Fuentes consultadas por nuestro diario confirmaron que la liberación fue en el predio de su hacienda.
Fidel fue liberado por dos miembros del EPP, quienes lo dejaron ir con una mochila donde le cargaron un repelente, celulares y el mismo walkie talkie que robaron el día de su secuestro. A partir de allí, Zavala tuvo que caminar unas cinco horas hasta alcanzar una zona donde su radio tuviera alcance y conexión con su estancia.
En su trayecto, el hombre –que viene muy debilitado y con casi 20 kilos menos– tuvo que cruzar a nado el arroyo Trementina, que se encuentra desbordado, lo que extiende su ancho en unos 50 metros. Muchos se preguntaban aún ayer cómo hizo para cruzar el arroyo, que suele tener una importante correntada, a nado, y sin afectar a la radio que luego iba a usar como medio de enlace con su estancia.
“Soy Fidel”
A las 20:10 del domingo, Fidel Zavala se hizo escuchar en el equipo de radio de “Rancho Z”. Su hermano Gonzalo fue quien hizo el enlace con él, acompañado del médico veterinario que administra su estancia, Hugo Centurión, y un personal de confianza de apellido Maldonado.
Tras el saludo alborozado, Fidel pidió caballos o un tractor para que pudieran ir a buscarlo, considerando la zona boscosa. Inmediatamente, su hermano Gonzalo capitaneó el equipo que con un tractor y dos camionetas en medio de la noche enfilaron hacia el retiro Santo Domingo. “Una hora nos tomó el trayecto, fue todo muy difícil, tuvimos que usar varias veces molinete porque era una picada”, recordó ayer el médico veterinario Hugo Centurión.