De acuerdo al relato de los guardiacárceles, el sábado último en horas de la tarde, el interno Carlos Lezcano (31) sufrió una puñalada en el costado izquierdo, propinado por Édgar Ríos Bernal, alias Capurro’i. Ambos, condenados por hechos de homicidio doloso y trasladados recientemente desde la cárcel de Tacumbú.
Aparentemente, la gresca entre los dos reos surgió tras acusaciones mutuas por hechos de robo en el pabellón. Finalmente, el herido fue auxiliado y derivado a un centro asistencial de la ciudad, donde quedó internado, mientras su atacante fue llevado al calabozo de aislamiento.
A raíz del incidente, las autoridades penitenciarias decidieron efectuar una minuciosa revisión del bloque donde se registró el hecho en busca de armas.
Sin embargo, durante la revisión efectuada a tempranas horas de ayer, los funcionarios detectaron que los barrotes de un ventanal fueron cortados y luego unidos nuevamente con jabón para disimular. También fueron encontrados ganchos con sogas hechas de restos de sábanas cortadas, que supuestamente iban a utilizar para trepar los muros del penal y llegar a la calle.
Aparentemente, la fuga masiva estaba prevista para la noche del sábado y las primeras horas de la madrugada de ayer, pero el incidente entre ambos reclusos retrasó la huida y permitió que los guardias descubrieran el ambicioso plan.
De acuerdo a los funcionarios, los internos iban a contar con ayuda externa, pues supuestamente varios vehículos debían aguardarlos en las inmediaciones para llevarlos hacia la frontera con el Brasil.