Un trabajo académico, financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) señala que en sus zonas de influencia el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) realiza entregas de dinero a familias carenciadas para conseguir el apoyo social de las comunidades. El autor de la investigación, Juan Martens, comentó que los pagos pueden ir de G. 1 millón a 3 millones y se dan en diversas circunstancias.
Martens es un máster en criminología, profesor investigador de la Universidad Nacional de Pilar y años atrás representó como abogado defensor a diversas personas acusadas por la Fiscalía Antisecuestro de ser miembros del grupo armado.
Para esta investigación propuesta por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip), el abogado relató que pasó tres años realizando entrevistas anónimas, recopilando documentos públicos y privados y manteniendo charlas formales e informales con pobladores de territorios donde el EPP está presente, conviviendo en estas comunidades.
"ACCIÓN SOCIAL".
El artículo de Martens describe cómo es el relacionamiento del grupo armado con la población. En ese sentido, señala que, además de contar con un "sistema de reclutamiento" y "reclutadores" en distintos ámbitos, el EPP ayuda económicamente a los pobladores.
"Hay un pago mensual. G. 1 millón, 1 millón y medio, dependiendo de las circunstancias (...) Un millón es lo que generalmente dan. O te dan 2 millones para comprar provisiones y el vuelto queda para uno", explicó Martens.
"Si tu hijo está dentro (del EPP), te dan mensualmente, claro. Pero si necesitás dinero, por enfermedad de tu hijo o algo, te dan hasta 3 millones. No necesitan que vos compres esa provisión. Es una forma de ganar la adhesión, tienen miles de formas de comprar en otro sitio", agregó.
Sobre el punto, el trabajo señala que esta estrategia ha resultado en que ciertas comunidades se conviertan en "santuarios" o "zonas de confort" del EPP. Al respecto, sostiene que el grupo está presente en 18 distritos de Concepción, San Pedro, Canindeyú, Amambay y Caaguazú, además de tener estructuras de apoyo en Asunción y Alto Paraná.
Una de las formas de reclutamiento se da en las prisiones, afirma la investigación. Destaca que la Fiscalía y el Poder Judicial ya procesaron a personas que no tienen vínculos con el EPP -al respecto se apoyan en informes del Mecanismo de Prevención de la Tortura- y fueron encarcelados en los pabellones de presos del EPP, con reclusos que sí son miembros del grupo.
"Los detenidos que se muestran renuentes a acatar las directrices de los líderes son coaccionados y amenazados de que sus familiares sufrirán represalias en caso de que no se sometan a sus decisiones", señala el artículo.
INFILTRACIÓN. Por otro lado, también se resalta cómo el EPP se ha infiltrado en organizaciones campesinas y estudiantiles. Uno de los casos más conocidos es el de Alejandro Ramos, quien tras ser dirigente de la Organización Campesina del Norte (OCN) pasó a ser líder activo del grupo armado. "Esta parte de la infiltración de las organizaciones también para nosotros es una cuestión central, porque le utilizan a los dirigentes como para ganar cobertura y para ir chantajeándole para que ingresen", indicó Martens.
El artículo recoge el testimonio anónimo de un dirigente que un día llegó a su casa y encontró a una de las líderes del EPP esperándolo en su casa. El hombre dijo no tener otra opción que hospedarla durante varios días, por la amenaza que representaba.
Con miedo del EPP y de la Policía
"La mayoría de los pobladores de las zonas con presencia del EPP está en medio de dos fuerzas, la Policía y Fiscalía que siempre te miran como sospechoso por vivir ahí, y el EPP que te exige que cooperes", sostuvo Martens.
El próximo jueves presentará su artículo "Aproximaciones a la naturaleza del EPP desde la perspectiva de la insurgencia" en el I Congreso Paraguayo de Ciencias Sociales. Se trata de un avance de una investigación más amplia titulada "Desafíos del desarrollo en contextos de grupos armados".
Una de las conclusiones a la que llega el abogado en su investigación es que el EPP es "un grupo con características insurgentes" que se fortaleció a lo largo de los años gracias a los errores de estrategia cometidos por el Estado. "La estrategia de abordaje es lo que se tiene que cambiar. Sin darle ese rótulo de 'grupo insurgente', desde el Estado se puede armar una buena estrategia de inserción para ganar el corazón y la mente de la gente que le da apoyo (al EPP)", aseveró Martens.
UH
"Hay un pago mensual. G. 1 millón, 1 millón y medio, dependiendo de las circunstancias (...) Un millón es lo que generalmente dan. O te dan 2 millones para comprar provisiones y el vuelto queda para uno", explicó Martens.
"Si tu hijo está dentro (del EPP), te dan mensualmente, claro. Pero si necesitás dinero, por enfermedad de tu hijo o algo, te dan hasta 3 millones. No necesitan que vos compres esa provisión. Es una forma de ganar la adhesión, tienen miles de formas de comprar en otro sitio", agregó.
Sobre el punto, el trabajo señala que esta estrategia ha resultado en que ciertas comunidades se conviertan en "santuarios" o "zonas de confort" del EPP. Al respecto, sostiene que el grupo está presente en 18 distritos de Concepción, San Pedro, Canindeyú, Amambay y Caaguazú, además de tener estructuras de apoyo en Asunción y Alto Paraná.
Una de las formas de reclutamiento se da en las prisiones, afirma la investigación. Destaca que la Fiscalía y el Poder Judicial ya procesaron a personas que no tienen vínculos con el EPP -al respecto se apoyan en informes del Mecanismo de Prevención de la Tortura- y fueron encarcelados en los pabellones de presos del EPP, con reclusos que sí son miembros del grupo.
"Los detenidos que se muestran renuentes a acatar las directrices de los líderes son coaccionados y amenazados de que sus familiares sufrirán represalias en caso de que no se sometan a sus decisiones", señala el artículo.
INFILTRACIÓN. Por otro lado, también se resalta cómo el EPP se ha infiltrado en organizaciones campesinas y estudiantiles. Uno de los casos más conocidos es el de Alejandro Ramos, quien tras ser dirigente de la Organización Campesina del Norte (OCN) pasó a ser líder activo del grupo armado. "Esta parte de la infiltración de las organizaciones también para nosotros es una cuestión central, porque le utilizan a los dirigentes como para ganar cobertura y para ir chantajeándole para que ingresen", indicó Martens.
El artículo recoge el testimonio anónimo de un dirigente que un día llegó a su casa y encontró a una de las líderes del EPP esperándolo en su casa. El hombre dijo no tener otra opción que hospedarla durante varios días, por la amenaza que representaba.
Con miedo del EPP y de la Policía
"La mayoría de los pobladores de las zonas con presencia del EPP está en medio de dos fuerzas, la Policía y Fiscalía que siempre te miran como sospechoso por vivir ahí, y el EPP que te exige que cooperes", sostuvo Martens.
El próximo jueves presentará su artículo "Aproximaciones a la naturaleza del EPP desde la perspectiva de la insurgencia" en el I Congreso Paraguayo de Ciencias Sociales. Se trata de un avance de una investigación más amplia titulada "Desafíos del desarrollo en contextos de grupos armados".
Una de las conclusiones a la que llega el abogado en su investigación es que el EPP es "un grupo con características insurgentes" que se fortaleció a lo largo de los años gracias a los errores de estrategia cometidos por el Estado. "La estrategia de abordaje es lo que se tiene que cambiar. Sin darle ese rótulo de 'grupo insurgente', desde el Estado se puede armar una buena estrategia de inserción para ganar el corazón y la mente de la gente que le da apoyo (al EPP)", aseveró Martens.
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