Para tratar el tema los campesinos de varias compañías de este distrito se reunieron en la tarde de este miércoles en el oratorio San Roque González de Santacruz de Alemancue (calle 11), donde decidieron realizar una campaña de concientización sobre el peligro del uso de los agrotóxicos para la vida humana y animales.
Participaron del encuentro los sacerdotes de la iglesia católica, Pablo Cáceres y Derlis Alvarez junto al representante de la Pastoral Social de la Diócesis de Concepción, Benjamín Valiente y dirigentes de organizaciones campesinas del primer departamento.
En la ocasión los campesinos coincidieron en señalar que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) del periodo de Horacio Cartes, entrega a los comités de agricultores tractores para el araje y fomenta la pulverización de los cultivos que no contribuyen en el buen uso de la tierra. Afirmaron que el uso del arado y de los agrotóxicos afectan la fertilidad del suelo que con el tiempo obliga a las familias campesinas a abandonar sus tierras porque pierden fertilidad y las venden a empresarios brasileños que copan la región para el cultivo extensivo de la soja que expulsa a campesinos de sus inmediaciones, debido a la contaminación del ambiente.
Indicaron que ante esta situación miles de campesinos emigran a las ciudades en las que forman los cinturones de pobreza, que son las villas y al no encontrar fuentes de trabajo en las urbes se dedican a la delincuencia. Manifestaron que por la falta de una educación agraria, un gran porcentaje de campesinos se prestan para esta política del gobierno de Cartes y practican dichas técnicas que afectan a sus vecinos.
Teódula Petrona Sánchez de Prieto afirmó que la pulverización de los cultivos de parte de uno de sus vecinos mató a dos de sus vacas y también enfermó a sus niños que jugaban en las inmediaciones de la granja. Hizo un llamado a las madres del lugar para que se unan y se opongan a quienes envenenan el ambiente apeligrando la vida de los pobladores y animales.
Por su parte el agricultor Hilarion Godoy señaló que es fundamental que los labriegos que conocen el peligro de los agrotóxicos y del uso del arado detengan esas prácticas y fomenten las nuevas técnicas que son la siembra directa, la utilización del abono verde y otras técnicas adecuadas a estos tiempos para lograr la recuperación de la fertilidad de sus suelos. Manifestó que de ahora en más llevarán adelante un campaña de concientización para que los campesinos no acepten el uso del tractor y de los agrotóxicos en sus cultivos para no ser víctimas de la política de Cartes, cuyo único fin es acabar con el sector campesino.
Expresó que si no se detiene desaparecerán los cultivos de piñas, sandías, maiz orgánico, frutas, verduras, hortalizas y otros rubros de consumo y la misma población quedará sin alimentos.
Por su parte el Pbro. Pablo Cáceres dijo que ningún organismo humano podrá resistir la pulverización de los cultivos e indicó que los labriegos que la realizan son tentados por el dinero que les ofrecen las autoridades ministeriales que desarrollan el proyecto con el fin de desarraigar a los campesinos de sus tierras. Instó a los labriegos del lugar para unirse con sus pares de Arroyito, Kurusu de Hierro, Zanja Morotí y de otras localidades para juntar fuerzas y enfrentar la situación. Señaló que la violencia no es el arma para la lucha sino una campaña de concientización para que los campesinos no se dejen engañar por esas políticas que tienden en acabar con las familias campesinas y en consecuencia con las comunidades rurales.
A su turno el dirigente de la Coordinadora Departamental de Organizaciones Campesinas de Concepción, Marciano Jara, dijo que el gobierno de Cartes fomenta el agronegocio para los grandes empresarios a través de la "sojasización" y el cultivo de maiz transgénico en la zona. Afirmó que dicha política no conviene al país porque su objetivo es acabar con la agricultura familiar campesina que si desaparece también desaparecerán los alimentos. Indicó que realizarán reuniones en otras compañías para alertar al campesinado sobre el peligro de esta política para el futuro de esta parte del país que es una zona netamente agraria.