Luego de que las personas indignadas llegaran a la casa del jefe comunal y lanzaran huevos y papel higiénico, así como la explosión de bombas, el intendente salió a conversar con los manifestantes. Urbieta solicitó que mañana vayan a su despacho cinco personas para que puedan conversar.
Asimismo dijo que no está apegado al cargo y que se puede dar una eventual renuncia pero bajo ciertas cláusulas. Los manifestantes indicaron que las movilizaciones continuarán y cuestionaron la venta de un inmueble municipal.
ABC