Una verdadera fiesta patronal organizada por el intendente Julio Verón se vivió ayer en el añoso Puerto Pinasco. Niños y jóvenes vistieron sus mejores galas para demostrar sus habilidades artísticas, en el marco de un acto cultural al que también asistió el gobernador colorado de Presidente Hayes, Isidro Rousillón, y numerosas autoridades departamentales, así como los intendentes de Itá e Itauguá, Celia Bareiro y Luis Salinas, respectivamente. Dos ómnibus transportaron a los pinasqueños residentes en Asunción, y muchos de ellos luego de varias décadas volvieron a pisar suelo chaqueño, según comentaron.
El vicepresidente y su comitiva arribó al aeropuerto a las 8 e inmediatamente se dirigió a la parroquia donde participó de una liturgia. Posteriormente fue hasta la municipalidad, frente a cuya sede estaba montado el palco, en plena calle. Allí presenció un peculiar espectáculo artístico, cuyo principal atractivo fue la danza de las l1 chimeneas (antorchas) que en las épocas floridas del Puerto –donde funcionaba una fábrica de tanino–, representaba el progreso, según explicaron los lugareños. El festejo fue oportuno para que el titular de la comuna dé a conocer una resolución de la Junta Municipal, por la que se declara a Pinasco ciudad mundial de la amistad.
“Vine a averiguar la historia de la Cruzada de la Amistad, y me comentaron que hace 50 años había una diferencia entre algunos amigos, pero finalmente el 30 de julio decidieron dejar de lado sus nervios y decidieron crear una amistad fiel y duradera. Voy a pedirle al presidente de la República, Fernando Lugo para que cuando vaya en setiembre a Nueva York, pueda llevar como un pedido oficial del Paraguay que el 30 de julio sea día internacional de la amistad”, indicó.
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