"Los del EPP se radicalizaron y dejaron la Iglesia", afirma el Obispo Ortiz

El obispo de Concepción llamó al presidente Lugo para pedir que se respeten los derechos de los dirigentes campesinos presos, pero no obtuvo respuestas. Dijo que desde hace 3 años se sabe del grupo.

En la soledad del edificio del Obispado de Concepción, monseñor Zacarías Ortiz discaba una y otra vez un viejo teléfono, pero no obtuvo respuestas.

Ayer, desde muy temprano, intentó hablar con su ex hermano obispo, Fernando Lugo, hoy presidente de la República, para transmitirle su preocupación por la suerte de los seis dirigentes de la Organización Campesina del Norte (OCN), Crispín Fernández, Héctor Martínez Vera, Alcides Martínez Vera, Américo Fernández Romero, Néstor Damián Fernández y Sebastián Martínez Valenzuela, apresados el domingo en Kurusu de Hierro, bajo sospechas de pertenecer al presunto grupo armado llamado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Pero la voz al otro lado del tubo le contestaba una y otra vez: "El presidente no está disponible".

Cerca del mediodía, el obispo viajó hasta Paso Itá, Tacuatí, donde los seis dirigentes son mantenidos incomunicados por los militares, para tratar de verificar la situación en que se encuentran.

"Los militares han tomado a estos dirigentes para interrogarlos, para ver si alguien no les dice en dónde están escondidos los miembros del grupo armado, pero mi temor es que utilicen métodos inapropiados, que sean torturados. Hasta ahora no sabemos cómo han pasado la noche. No creo que sean miembros del EPP", indicó.

YA LO SABÍA.

El obispo de Concepción reconoció que en sus giras pastorales por el departamento, viene escuchando hablar de la existencia del EPP desde hace aproximadamente tres años, cuando hicieron su irrupción en la zona de Puentesiño, cerca del río Apa, cuando fue asesinado el policía Óscar Noceda.

"El ambiente que viven Concepción y San Pedro, de extrema pobreza y abandono de las autoridades, ha dado origen a este movimiento, que quiere por lo menos apresurar una realidad que ellos están esperando, con el mejoramiento de la vida en la región. Pero ellos son una minoría. El pueblo de Concepción es tranquilo, y ha sido sorprendido por estos acontecimientos", destaca.

Para monseñor Ortiz ya no quedan dudas de que sí existe el grupo armado. "No sé si llamarles guerrilleros, o lo que sea, pero sé que preconizan la violencia como una forma de llamar la atención del Estado paraguayo, que hasta este momento ha dejado abandonado a su suerte a mucha gente", destaca.

"Se dan cuenta de que por cualquier falta contra propiedades o intereses de grandes estancieros o empresarios, los campesinos son castigados rápidamente. Para eso sí hay fuerza. Pero cuando hay asesinatos de campesinos, como muchos que sucedieron en Concepción, todo queda en la impunidad, en el opa rei. La Policía no hace nada, la Fiscalía tampoco. Esto parece ofensivo, es un trato desigual de la Justicia; entonces o renega hicuai y piensan que con la violencia van a llamar la atención de las autoridades", explica.

DIFERENCIAS.

El obispo insiste, sin embargo, que las autoridades deben diferenciar las acciones del EPP de las de otras organizaciones campesinas que actúan en la zona, y que a veces usan actitudes violentas, pero no están con un levantamiento guerrillero.

"Son grupos que se rebelan, hacen huelga, incluso llegaron a tomar de rehenes a los fiscales y periodistas, pero no tienen que ver con este grupo. Son gente sobreviviendo en la pobreza, ayudados a veces por madereros para ocupar una reserva y sacar madera como forma de subsistencia ante la pobreza. Son campesinos desesperados ante la necesidad, que hacen cualquier cosa", pintó el panorama.

Se muestra preocupado por las denuncias de las detenciones durante la intervención armada. "Esto es resultado de una presión que viene de arriba, de los terratenientes, de los grandes agroempresarios, que piden la presencia de los militares. No sé hasta qué punto puede resultar, pero ocurre por la incapacidad de la Policía. Aquí los policías no tienen recursos, andan con pocas armas y acaban siendo ayudados por estancieros y hasta narcotraficantes que les proveen dinero y combustible", denuncia.

UN TIRE Y AFLOJE

La historia entre el obispo de Concepción monseñor Zacarías Ortiz y el presidente Fernando Lugo está minado de elogios y críticas. Primeramente el religioso de la zona norte había felicitado a Lugo por animarse a activar en política. Sin embargo, en los últimos tiempos adoptó una actitud mucho más crítica, criticándole el hecho de que sus propuestas electorales no se están aplicando.

Ortiz es uno de los pocos obispos que reconoció públicamente su preferencia electoral hacia Lugo, lo cual le valió la crítica de otros altos exponentes de la jerarquía eclesial.

El 27 de noviembre pasado el obispo de Concepción causó revuelo cuando dijo que los campesinos sólo están interesados por marihuana y que no les preocupa la solución del problema de la falta de tierra. En la homilía de Caacupé, Ortiz dijo que el presidente debe trabajar para eliminar la inseguridad reinante en el país y que también tiene que "escuchar más al pueblo que le eligió". También dijo que existe anarquía en el actual Gobierno.

"NUNCA SE PROMOVIÓ LA LUCHA ARMADA", DIJO

Con respecto a las declaraciones de José Villalba, hermano de Carmen Villalba, de que los miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) se formaron en la Iglesia Católica, en épocas del obispo concepcionero Aníbal Maricevich, monseñor Ortiz responde: "Es cierto que en la Iglesia se formó a mucha gente a organizarse, a tener una conciencia social aguda, pero nunca se promovió ni se promoverá la lucha armada, el uso de cualquier forma de violencia", tomó distancia del supuesto grupo guerrillero.
Dijo que Carmen Villalba y sus compañeros, que fueron catequistas en las parroquias de Concepción, se radicalizaron y dejaron la Iglesia.

"Ellos saben muy bien que nosotros no estamos con la violencia, pero sí con que la gente se organice y resuelva su situación", indicó.

El obispo señala que también los dirigentes de la Organización Campesina del Norte (OCN), que se formaron en filas de la Iglesia, pasaron por un proceso similar.

"La OCN nació en el seno de la Iglesia, pero hoy sus miembros están en otra línea. No digo que admitan la guerrilla, pero si prácticas como la ocupación violenta de tierras, y asumen una ideología de tipo marxista. La Iglesia se desentendió de ellos, hace rato, y ellos hacen oposición a la Iglesia en las bases donde actúan, aunque últimamente un sector más blando se está acercando a nuestra Pastoral Social", indica monseñor Ortiz.