Silencio, por miedo
El Ejército del Pueblo Paraguayo se instaló en Concepción y lo hizo de una manera brutal: el 27 de agosto de 2006, durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, asesinó al suboficial de Policía Oscar Antonio Noceda. No fue su única acción violenta: el 16 de abril de 2008, también bajo el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, atacó la subcomisaría de Hugua Ñandu, robó armamentos e incendió el puesto policial.
“La gente tiene miedo, no tiene forma de defenderse y tampoco puede encontrar refugio en las instituciones del Estado. Esto explica por qué el Ejército del Pueblo Paraguayo puede movilizarse con tanta libertad en los montes de Concepción. No hay forma de ponerle freno”, agregó monseñor Zacarías Ortiz.
Expresó además que “ahora secuestraron a Fidel Zavala, una acción deleznable, criminal. La impresión que queda en nosotros es que no existe voluntad para combatir a este grupo de delincuentes”.
Sobre la acción que debe emprender el gobierno de Fernando Lugo dijo: “Tiene que combatir al Ejército del Pueblo Paraguayo; si no combate, quedan dos opciones: no le interesa lo que sucede o también está dentro”, dijo finalmente.
SE MUEVEN CON LIBERTAD EN LOS MONTES
“La gente tiene miedo, no tiene forma de defenderse y tampoco puede encontrar refugio en las instituciones del Estado. Esto explica por qué el Ejército del Pueblo Paraguayo puede movilizarse con tanta libertad en los montes de Concepción. No hay forma de ponerle freno”, dijo el obispo de Concepción, Mons. Zacarías Ortiz.
“Ahora secuestraron a Fidel Zavala, una acción deleznable, criminal. La impresión que queda en nosotros es que no existe voluntad para combatir a este grupo de delincuentes”.
El gobierno de Nicanor Duarte Frutos no combatió al grupo; al contrario, le proporcionó fondos, a través de organizaciones campesinas.
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