La operación cerrojo involucrará a más de 200 efectivos militares y policiales. La búsqueda se hará por tierra, agua y aire.Miedo es lo que tienen ciertos norteños en estos días. Y es que los cuatro muertos en la emboscada del pasado miércoles siguen siendo una píldora dura de tragar, más aún cuando no existe una sola pista cierta sobre el lugar en donde estarían escondidos los miembros del grupo criminal que los asesinó a sangre fría. “Creemos saber quiénes son los que están encabezando este grupo de delincuentes asesinos, porque eso es lo que son: cobardes y asesinos”, dijo Rafael Filizzola, apenas llegó -el pasado viernes- a esta zona caliente del norte paraguayo. Después, el ministro aseguró que este es el comienzo del fin del Ejército del Pueblo paraguayo (EPP). “La Ley de estado de excepción va a permitir que las Fuerzas Armadas tomen protagonismo, no ya solo en el apoyo logístico, sino como miembro activo de las operaciones, junto con la Policía Nacional”, agregó. El retén descubierto ayer, que se suma a los dos campamentos anteriores, se encuentra dentro de la propiedad de Marcos Ocampos, ubicada en Núcleo III de Arroyito y a solo 200 metros del campamento encontrado el día jueves. Según la fiscala Sandra Quiñónez, desde el lugar hacían guardias las 24 horas para observar todo el movimiento en la zona y presumiblemente en el lugar se mantenían entre dos: mientras uno estaba arriba, el otro descansaba dentro de la choza. A su vez, la fiscala Quiñónez no descarta que este campamento haya sido utilizado como uno de los lugares de cautiverio del ganadero Luis Alberto Lindstron. Al respecto manifestó: “Es probable, y no se puede descartar nada, pero necesitamos más elementos para poder confirmar. Lo cierto y lo concreto es que en este lugar estuvieron, pero ya es un campamento antiguo”, expresó. El sitio está rodeado de plantaciones de mandioca y maíz, y sería propiedad de Marcos Ocampos, quien tiene su vivienda a unos 1.500 metros del lugar. El mismo está siendo buscado afanosamente por los investigadores, ya que se sospecha que habría dado protección y a la vez brindó apoyo logístico al grupo, tal como lo hiciera en su momento el prófugo Alejandro Ramos en su propiedad de Ybyraty.
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