Los castrenses se basaron en un informante que es un ex colaborador del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Éste les dijo que la secuestradora Magna Meza iba a estar en un cumpleaños y que ante un eventual operativo se refugiaría en el puesto policial ubicado cerca del lugar. La trascendencia del episodio motivó ayer reuniones de Lugo con altos mandos de las FF.AA., donde no se descartan cambios.
Un error en el procesamiento de la información entre componentes del servicio de inteligencia militar motivó el ataque a la subcomisaría de Hugua Ñandu, supuestamente en busca de la secuestradora Magna Meza. El informante de los efectivos castrenses habría sido un ex miembro del EPP, cuyo objetivo fue precisamente provocar conflictos entre las fuerzas conjuntas.
El informante de los militares habría sido Anastacio Rodríguez Silva (31), ex colaborador del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) que operaba con el alias de “João”, y quien justamente es oriundo de Hugua Ñandu, donde cayó preso tras el ataque al mismo puesto policial, registrado el 18 de abril de 2006.
El sujeto se alejó de la organización criminal hace varios meses, tras ser detenido en más de una ocasión. Sin embargo, mantiene contactos con otros militantes del grupo subversivo.
Según agentes de inteligencia policial, su afinidad con la banda de secuestradores lo condujo a idear una trampa para quebrantar las cada vez más desgastadas relaciones entre policías y militares que participan de la misión conjunta “Py’aguapy”, en el marco del estado de excepción que rige en cinco departamentos del país.
De acuerdo a los informes, componentes del servicio de inteligencia militar desplegados en Concepción tenían la exigencia de juntar datos concretos para ejecutar procedimientos certeros y descomprimir las críticas hacia el Gobierno. Sin embargo, las ansias de los efectivos castrenses derivaron en que éstos procesen cualquier información, sin triangularla, es decir, sin contrastar con otras fuentes, conforme a lo explicado.
Entonces intervino el informante, quien aseguró que Magna Meza estaría en el cumpleaños de su hijo, que iba a celebrarse en Hugua Ñandu, pero que en realidad resultó ser una fiesta de 15 años de una joven. El deseo de ofrecer resultados auspiciosos y reconquistar la confianza del Ejecutivo motivó a los militares a no informar sobre el plan a la Policía. Pero inteligencia policial ya manejó y descartó la misma información (que Magna Meza estaría en Hugua Ñandu) 10 días antes del descabellado procedimiento militar desarrollado ayer de madrugada.
El refugio
Los militares al mando del coronel Ramón Benítez irrumpieron en el cumpleaños de la hija del suboficial inspector Fermín Colmán y la docente Rosa Giménez, y no hallaron rastros de la secuestradora. Hasta entonces, no se explicaba por qué los militares rodearon la subcomisaría. Es que la información que manejaban era que Magna Meza, ante una eventual incursión, se refugiaría en la subcomisaría 27ª, donde supuestamente tenía “contactos”. Ante esta situación, cercaron el puesto policial y lo atacaron a balazos. Para la Policía, el informante logró su objetivo de subir de tonos la tensa relación que existe entre los componentes de las fuerzas conjuntas.
Sumario en FF.AA. y Policía
El Comando Operacional Conjunto dispuso un sumario y la separación momentánea de los militares y policías que se vieron involucrados en el episodio registrado ayer en Hugua Ñandu. Así dice un comunicado divulgado ayer y que lleva la firma del Gral. Brig. Bartolomé Pineda Ortiz.
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