Pto. Ybapovõ, Dpto. de S. Pedro.- (ABC) Unas 20 familias de la parcialidad Pãi Tavyterã, que desde hace tres años viven en la comunidad Yby Poty, de San Pedro de Ycuamandyyú, denuncian que sus reclamos no son atendidos por el Gobierno. Además de rubros para docentes de la escuela que funciona en precarias condiciones, piden la conexión del servicio de la ANDE.
La comunidad Yby Poty se encuentra a 150 kilómetros de esta capital departamental y a 5 kilómetros de Puerto Yvapovõ, situado en el límite con el primer departamento (Concepción). Las vías de acceso están intransitables.
El presidente de la República, Fernando Lugo, el día que asumió el cargo, prometió que los indígenas serían prioridad en su gobierno.
Sin embargo, pese a ser conocedor de la realidad de los nativos del segundo departamento y a los reiterados reclamos para mejorar sus condiciones de vida, se desentendió de ellos, según expresaron los habitantes.
Los aborígenes de la parcialidad Pãi Tavyterã pueblan la comunidad Yby Poty desde hace tres años y desde entonces solicitan la conexión del servicio de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), pero no son escuchados. También necesitan mejoras viales y rubro para el único docente que enseña ad honórem en la institución de la comunidad, así como la ampliación de la red de distribución de agua potable.“No puede ser que en esta época sigamos viviendo sin energía eléctrica”, expresó el cacique de la comunidad y presidente de la Asociación de Comunidades Indígenas de San Pedro (Acispe), Elvio Silvio.
“Nos mienten todo, no nos hacen caso”, acotó.Aseguró que cumplieron los múltiples requerimientos exigidos para la instalación.Las 20 familias viven en una propiedad de 200 hectáreas y sobreviven de la agricultura y cría de animales menores. Algunos trabajan en las estancias cercanas como jornaleros, otros fabrican sombreros y pantallas de karanda’y para comercializar.
La precariedad de las viviendas es otro inconvenientes, más aún con el intenso frío que azota al país. Sin embargo, en ese sentido dijeron que las casas de karanda’y con techo de paja son más resistentes que las chapas de fibrocemento que entrega el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi).
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