La construcción inicial del ramal Concepción-Pozo Colorado del Km. 18 al Km 146 ya sufrió en su momento un sobrecosto del 51,42%. Esto hizo que terminara costando US$ 410.000 el kilómetro. La contratista responsable de los trabajos fue la empresa Benito Roggio e Hijos SA, y la fiscalización estuvo a cargo del MOPC.
En la actualidad, como esta ruta en toda su extensión se encontraba en un estado verdaderamente desastroso, en respuesta a los numerosos reclamos de los transportistas, el MOPC adjudicó la reparación de dicho ramal al consorcio Emcovi (Empresas Viales Consorciadas), a un costo de US$ 224.300 por kilómetro (tomando el tipo de cambio a G 4.600 por dólar), financiados por el Focem. Pero a este valor inicial ya se agregaron otros US$ 45.350 por kilómetro, como resultado de la primera “modificación” de obras por “imprevistos” en el estudio de campo (¿?).
Segunda modificación
Según las contratistas (empresas y consultoras), la segunda modificación no provocará ningún aumento; sin embargo, la prórroga de 14 meses del plazo contractual (del 21/11/11 pasa al 21/01/13) podría significar otros 6 a 8 millones de dólares más en concepto de mayores costos.
Pero a este valor habría que agregar los montos pagados en concepto de estudios, proyecto y diseño, más lo que cobrará la fiscalización durante todo el tiempo que demande la terminación de los trabajos (cifras que el Ministerio curiosamente nunca lo da a conocer), más los gastos que ocasionó el mantenimiento de esta ruta hasta la adjudicación de los trabajos (que de igual manera el Ministerio oculta celosamente), además de otras chicanas del folclore vialero, por lo cual esta ruta podría superar el millón de dólares el kilómetro, lo que significaría una duplicación del costo inicial. Esto sería la descripción del “negocio vial” en su máxima expresión.
Figuritas repetidas
El consorcio Emcovi, que resultó adjudicado con los trabajos, está conformado por las empresas Benito Roggio e Hijos SA, cuyo representante técnico es el Ing. Oscar Franco; la Empresa Tecnoedil SA, donde figura como responsable el Ing. Roque Ardissone, y la empresa CCC SA, que tiene como representante técnico al Ing. Solano Cordero.
Casualmente, la empresa Benito Roggio e Hijos SA fue la responsable de la construcción de esta obra desde el Km 18. La fiscalización de los trabajos de reconstrucción fue adjudicado al consorcio consultor Oscar Grimaux-CIA SA.
El Consorcio Civial-Grimaux y Asociados figura como responsable de la fiscalización del tramo II de 62,6 km de la ruta bioceánica Mcal. Estigarribia-La Patria, que colapsó antes de su inauguración (convertida hoy en un talcal).
De todos modos, tanto los montos que ya fueron pagados por el proyecto ejecutivo como el del contrato de fiscalización en la “nueva” obra permanecerán en el más estricto secreto.
Un futuro agujero negro
De acuerdo a especialistas consultados, el colapso del ramal Concepción-Pozo Colorado se debió principalmente a la compactación deficiente de los terraplenes, sobre todo los de gran altura (que existe en gran parte de la obra), donde mayormente se emplearon suelos compuestos de material orgánico, mezclados con arcillas expansivas en abundancia, y recubierto luego con suelo de tipo limoso (solubles, erosionables).
En la actualidad, como esta ruta en toda su extensión se encontraba en un estado verdaderamente desastroso, en respuesta a los numerosos reclamos de los transportistas, el MOPC adjudicó la reparación de dicho ramal al consorcio Emcovi (Empresas Viales Consorciadas), a un costo de US$ 224.300 por kilómetro (tomando el tipo de cambio a G 4.600 por dólar), financiados por el Focem. Pero a este valor inicial ya se agregaron otros US$ 45.350 por kilómetro, como resultado de la primera “modificación” de obras por “imprevistos” en el estudio de campo (¿?).
Segunda modificación
Según las contratistas (empresas y consultoras), la segunda modificación no provocará ningún aumento; sin embargo, la prórroga de 14 meses del plazo contractual (del 21/11/11 pasa al 21/01/13) podría significar otros 6 a 8 millones de dólares más en concepto de mayores costos.
Pero a este valor habría que agregar los montos pagados en concepto de estudios, proyecto y diseño, más lo que cobrará la fiscalización durante todo el tiempo que demande la terminación de los trabajos (cifras que el Ministerio curiosamente nunca lo da a conocer), más los gastos que ocasionó el mantenimiento de esta ruta hasta la adjudicación de los trabajos (que de igual manera el Ministerio oculta celosamente), además de otras chicanas del folclore vialero, por lo cual esta ruta podría superar el millón de dólares el kilómetro, lo que significaría una duplicación del costo inicial. Esto sería la descripción del “negocio vial” en su máxima expresión.
Figuritas repetidas
El consorcio Emcovi, que resultó adjudicado con los trabajos, está conformado por las empresas Benito Roggio e Hijos SA, cuyo representante técnico es el Ing. Oscar Franco; la Empresa Tecnoedil SA, donde figura como responsable el Ing. Roque Ardissone, y la empresa CCC SA, que tiene como representante técnico al Ing. Solano Cordero.
Casualmente, la empresa Benito Roggio e Hijos SA fue la responsable de la construcción de esta obra desde el Km 18. La fiscalización de los trabajos de reconstrucción fue adjudicado al consorcio consultor Oscar Grimaux-CIA SA.
El Consorcio Civial-Grimaux y Asociados figura como responsable de la fiscalización del tramo II de 62,6 km de la ruta bioceánica Mcal. Estigarribia-La Patria, que colapsó antes de su inauguración (convertida hoy en un talcal).
De todos modos, tanto los montos que ya fueron pagados por el proyecto ejecutivo como el del contrato de fiscalización en la “nueva” obra permanecerán en el más estricto secreto.
Un futuro agujero negro
De acuerdo a especialistas consultados, el colapso del ramal Concepción-Pozo Colorado se debió principalmente a la compactación deficiente de los terraplenes, sobre todo los de gran altura (que existe en gran parte de la obra), donde mayormente se emplearon suelos compuestos de material orgánico, mezclados con arcillas expansivas en abundancia, y recubierto luego con suelo de tipo limoso (solubles, erosionables).
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