En todos los casos, los maleantes sometieron y humillaron a los familiares de los cautivos, además de marcar la hoja de ruta de las autoridades.
En un nuevo acto de bajeza miserable y repudiable, el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) obligó a la familia de Arlan Fick Bremm a que repartiera víveres por valor de 50.000 dólares en las localidades concepcioneras de Kurusu de Hierro y Arroyito, de donde eran oriundos los dos criminales abatidos el 2 de abril pasado, Bernardo Bernal Maíz (20), alias “Coco”, y Claudelino Silva Cáceres (22), alias “Víctor”, respectivamente, en un tiroteo con efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).
Los familiares de Arlan, presos de la impotencia y la desesperación, tuvieron que someterse al irracional chantaje del EPP, con la única esperanza de recuperarlo con vida.
“Nosotros solo queremos a nuestro hermano, lo material se puede recuperar, vamos a tener que empezar de cero, pero tampoco le tenemos miedo al trabajo”, dijo una de las hermanas del chico en medio de la distribución de los productos alimenticios.
Más allá de la resolución de este secuestro, el EPP demostró una vez más que siempre va a estar un paso por delante de los organismos de seguridad, al menos hasta que estos exterminen definitivamente la gavilla que tanto daño ya causó no solo a la zona Norte, sino a todo el Paraguay y, especialmente, a muchísimas familias inocentes.
El EPP, que dice luchar por la gente pobre, finalmente lo único que consigue con su absurda ideología radical es sembrar el terror en la sociedad civil y destruir familias de policías y militares asesinados en cobardes emboscadas.
Asimismo, el EPP le demostró en ocho meses de mandato de Horacio Cartes cuán equivocado estaba, ya que el Presidente había dicho al asumir el poder que el grupo armado no le marcaría su hoja de ruta. Pero en cambio fue incapaz hasta ahora de devolverle la tranquilidad a los sacrificados trabajadores norteños y tampoco pudo evitar que una familia más, en este caso los Fick Bremm de Paso Tuyá, se sometieran al chantaje y a la humillación.
El secuestro de Arlan Fick Bremm se inició en la noche del miércoles 2 de abril pasado, cuando el primer anillo del EPP tomó por asalto un retiro de la estancia “Casa Blanca” y el silo de la familia del menor, en la colonia Paso Tuyá de Azote’y, en el camino que lleva a la localidad de Kurusu de Hierro.
Militares y policías que llegaron al auxilio de las víctimas se enfrentaron con los delincuentes y lograron abatir a dos de ellos, “Coco” y “Víctor”, aunque también perdieron al vicesargento 1° Hugo Andrés Monges Ramírez, de apenas 21 años, una de las tantas víctimas inocentes del EPP.
ileguizamon@abc.com.py (ABC)
En un nuevo acto de bajeza miserable y repudiable, el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) obligó a la familia de Arlan Fick Bremm a que repartiera víveres por valor de 50.000 dólares en las localidades concepcioneras de Kurusu de Hierro y Arroyito, de donde eran oriundos los dos criminales abatidos el 2 de abril pasado, Bernardo Bernal Maíz (20), alias “Coco”, y Claudelino Silva Cáceres (22), alias “Víctor”, respectivamente, en un tiroteo con efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).
Los familiares de Arlan, presos de la impotencia y la desesperación, tuvieron que someterse al irracional chantaje del EPP, con la única esperanza de recuperarlo con vida.
“Nosotros solo queremos a nuestro hermano, lo material se puede recuperar, vamos a tener que empezar de cero, pero tampoco le tenemos miedo al trabajo”, dijo una de las hermanas del chico en medio de la distribución de los productos alimenticios.
Más allá de la resolución de este secuestro, el EPP demostró una vez más que siempre va a estar un paso por delante de los organismos de seguridad, al menos hasta que estos exterminen definitivamente la gavilla que tanto daño ya causó no solo a la zona Norte, sino a todo el Paraguay y, especialmente, a muchísimas familias inocentes.
El EPP, que dice luchar por la gente pobre, finalmente lo único que consigue con su absurda ideología radical es sembrar el terror en la sociedad civil y destruir familias de policías y militares asesinados en cobardes emboscadas.
Asimismo, el EPP le demostró en ocho meses de mandato de Horacio Cartes cuán equivocado estaba, ya que el Presidente había dicho al asumir el poder que el grupo armado no le marcaría su hoja de ruta. Pero en cambio fue incapaz hasta ahora de devolverle la tranquilidad a los sacrificados trabajadores norteños y tampoco pudo evitar que una familia más, en este caso los Fick Bremm de Paso Tuyá, se sometieran al chantaje y a la humillación.
El secuestro de Arlan Fick Bremm se inició en la noche del miércoles 2 de abril pasado, cuando el primer anillo del EPP tomó por asalto un retiro de la estancia “Casa Blanca” y el silo de la familia del menor, en la colonia Paso Tuyá de Azote’y, en el camino que lleva a la localidad de Kurusu de Hierro.
Militares y policías que llegaron al auxilio de las víctimas se enfrentaron con los delincuentes y lograron abatir a dos de ellos, “Coco” y “Víctor”, aunque también perdieron al vicesargento 1° Hugo Andrés Monges Ramírez, de apenas 21 años, una de las tantas víctimas inocentes del EPP.
ileguizamon@abc.com.py (ABC)
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