Para los ciudadanos, ver caballos y vacas por las calles ya no es novedad; sin embargo, la situación llegó al extremo la semana pasada, cuando dos caballos descansaban en el pasillo de la 1ª Región Sanitaria.
A las 10.00 aproximadamente del viernes, los dos caballos, cansados de recorrer las calles, se tomaron un descanso en el pasillo de la Región Sanitaria, a media cuadra del local del Ministerio Público.
Nadie se inmutó en sacarlos del lugar, sus dueños actúan irresponsablemente y las autoridades municipales no cumplen la Ordenanza Municipal Nº 1169, que prohíbe animales sueltos por la ciudad.
La semana pasada también una manada de caballos tomó la Avda. de Pinedo pastando y esparciendo basuras por doquier. Por momentos salen a las calles poniendo en peligro la integridad de los motociclistas y automovilistas.
La agente fiscal Ondina Cabral había prometido luchar contra este flagelo y llegó a ordenar el arreo de una manada de vacas de la ruta 5 Bernardino Caballero, basándose en la Ley 4840/13. Sin embargo, hasta ahora, en la comunidad pululan los animales recorriendo las calles.
El intendente Alejandro Urbieta, en su primer periodo, ordenó el sacrificio de tres burros, medida que le costó muchas críticas de parte de los defensores de animales. Posteriormente, intentó dos acuerdos con los militares y la Facultad de Veterinaria, pero no funcionaron. Según datos de los vecinos, el jefe comunal ahora ni siquiera intenta combatirlos, porque varios de los dueños de los animales son sus correligionarios.
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