Cuando ingresaban a una zona boscosa, los trabajadores fueron interceptados por siete personas vestidas con ropas camufladas.
Además del camuflaje, los siete hombres que sorprendieron a los empleados de la estancia tenían las caras cubiertas con pasamontañas y portaban armas largas, indica el historial que había sido puesto a consideración del citado representante del Ministerio Público.
“Inmediatamente uno de los interceptores se identificó alegando que eran miembros y brazo armado del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), ordenando a los empleados a que bajaran de los caballos para así despojarles de sus dos teléfonos celulares”, dice el escrito de orden de detención firmada por el fiscal Delfino.
Investigación
El despojo de los celulares por parte de los enmascarados sirvió posteriormente para realizar una silenciosa y larga investigación por parte de expertos, indicaron los investigadores.
Contaron que las pesquisas se iniciaron en torno a los números de los móviles que llevaron los malvivientes al interior del monte de la zona de Arroyito.
El caso pareció quedar en el olvido, pero los seguimientos e investigaciones de cruces de llamadas seguían sin pausa por parte de encargados de buscar pistas y evidencias de movimiento de los terroristas que operan en el Norte del país, explicó uno de nuestros informantes.
Lo concreto es que a través de los teléfonos celulares robados, los agentes del departamento Antisecuestro de la Policía Nacional identificaron a cinco de los siete hombres que cometieron el asalto y que se declararon miembros del EPP, agregó la fuente.
Esta causa se encuentra caratulada como “robo agravado y asociación terrorista”.
El 22 de abril de 2010 el EPP había incursionado en la entrada de ese lugar para matar a cuatro personas, según los antecedentes.
Fuente: ABC