Nadie se anima a denunciar al EPP. Los que asesinaron a los dirigentes de la Iglesia salieron rápidamente en libertad y empezaron a acosar a los que no se sometían a sus intereses y gozan de impunidad
En Kurusu de Hierro todos hablan de las acciones del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Sin embargo, nadie se anima a denunciarlo, y la inoperancia y hasta la complicidad de algunos uniformados aumentan la desconfianza. Las viudas de los catequistas asesinados tuvieron que abandonar la zona para preservar sus vidas.Según se pudo saber, en este lugar los pobladores están divididos, los que apoyan las acciones del grupo criminal y los que están en contra de ellos. Los pocos habitantes que luchan por limpiar la comunidad recibieron amenazas de muerte y tuvieron que callarse, más todavía después de que tres personas ligadas a la Iglesia fueran asesinadas salvajemente, sin que, hasta hoy, los culpables hayan sido castigados.
ASESINATOS.
En octubre del año 2007, los hermanos Feliciano y Patrocinio Florenciáñez, dos conocidos líderes de la comunidad y catequistas de la Iglesia local, fueron asesinados cruelmente en su propia casa por dos hombres vestidos de para'i. Estos hermanos estaban marcados por los miembros del EPP por no dejar que la Iglesia sea utilizada como un elemento para la captación de adherentes en la zona.
Esta situación habría molestado al grupo, por lo que decidieron asesinarlos. De igual manera fue ejecutado en su vivienda Domingo Benítez, una persona considerada muy trabajadora y contraria a las acciones del grupo.
Las viudas de estas personas ejecutadas por el EPP abandonaron inmediatamente la zona al no contar con seguridad. En todos estos casos los culpables siguen libres.
DETENIDOS.
Por el crimen fueron detenidos Sebastián Martínez y sus hijos Héctor y Alcides, conocidos miembros de la Organización Campesina del Norte (OCN) y en la comunidad se los considera como protectores del EPP.
Sin embargo, en menos de tres meses consiguieron su libertad de la mano de la OCN que les proveyó de abogados, entre ellos a Mirian Villalba, hermana de José Villalba, uno de los que permanentemente asistían en la comunidad y daba charlas a los jóvenes junto a Alejandro Ramos y Casildo López.
Los Martínez después de su liberación comenzaron a amenazar en la comunidad de Kurusu de Hierro a quienes se mostraban reacios a aceptar las reglas de juego del EPP. Un brazo armado del grupo se mantenía en la parte baja de la comunidad a orillas del río Ypané, y a pesar de que muchos conocían nadie se animaba a hablar porque las personas que eran el apoyo logístico de ellos -en este caso el grupo de los Martínez- amenazaban con que los matarían y la Policía no brindaba ninguna seguridad a la población.
POBLADORES RECLAMAN MILITARIZAR
Florencio Núñez, coordinador de la comunidad, explicó que la única solución es militarizar la zona. "Este es el momento en que el Gobierno tiene que sacar a los militares hacia esta zona, la Policía no va a detener a los miembros del EPP, la solución es la militarización. Así la gente va a tener nuevamente confianza y va a hablar. Ahora nadie quiere hacerlo porque existe mucha desconfianza, aquí en esta comisaría vinieron policías que en vez de tratar de detenerlos los protegían, y los pobladores ven eso y prefieren callarse", agregó.
"Aquí todos saben que los del EPP deambulan por aquí y quiénes son los que les dan apoyo logístico y protección, pero tienen que venir los militares para que la gente hable", indicó el dirigente
Kurusu de Hierro es considerada una zona controlada por el EPP, que con la OCN, de la mano de José Villalba, Alejandro Ramos y Casildo López, captaron varios adherentes. Si bien después de la fuerte incursión policial y la detención de los mencionados disminuyeron un poco las acciones del grupo, varios siguen operando desde la clandestinidad.
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