SAN ANTONIO, Concepción (ABC).El puesto de salud de la comunidad de San Antonio, Concepción, se inunda con cada lluvia. Un sector del techado desapareció hace tiempo.
Los pobladores ya recibieron muchas promesas de reparación, pero nunca se hizo nada. El puesto beneficia a más de 1.000 vecinos. Leila Carolina Montanía (35), encargada del puesto de salud, señaló que el lugar se inunda permanentemente ya que un sector del techo que se encuentra en la parte posterior se derrumbó hace bastante tiempo.
Dijo que las cañerías están con dificultades porque actualmente no están funcionando en forma correcta. Se realizaron varios reclamos para tratar de que se repare el techado, pero hasta ahora la situación sigue igual, incluso empeora cada vez que se registran lluvias.
El puesto de salud fue habilitado en junio del 2001. La obra fue hecha por el escuadrón estadounidense “Red Horse” (Caballo Rojo). El edificio presenta averías en diversos sectores del techado. La construcción del techo posee una base de madera terciada que está totalmente destruida.
Dentro de la jurisdicción del local sanitario se encuentran las localidades de Potrerito, Santa Ana, Don Bosco y Caacupemí. Según el censo que consta en el puesto de salud, más de 1.000 personas viven en esas comunidades. Durante el mes de agosto fueron atendidos 246 pacientes, mientras en lo que va del mes de setiembre la marca ya superó las 100 personas. La localidad se encuentra a 15 kilómetros de la capital del primer departamento.
Temor
La encargada del puesto de salud explicó que no solamente ella tiene miedo de ingresar al sitio, sino que también las personas que acuden a recibir atención temen ingresar por el lamentable aspecto que ofrece el local. En el sitio no solamente se realizan las atenciones de primeros auxilios sino también varios programas como control prenatal, crecimiento y desarrollo, entre otros. Los casos más frecuentes atendidos en el puesto de salud son diarrea, vómito y enfermedades respiratorias. El puesto de salud es de vital importancia para los moradores, pero en las actuales condiciones de precariedad, se pone en peligro la vida de los pacientes y funcionarios de la institución. Los responsables y vecinos reclaman la reparación urgente del local y evitar que este sea clausurado.
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