
El desafío es grande para el nuevo intendente, si pretende tener una ciudad mejor sin olvidarse de los pobladores del sector rural. Una vez más en este distrito se ha apostado a un intendente liberal que estará al frente de la comuna que tiene una gran cantidad de necesidades que deben ser solucionadas en poco tiempo.
La ciudad tiene calles en pésimo estado, si bien en el centro de la capital del primer departamento se observan adoquinados hundidos y en otros casos levantados, en los barrios la situación aún es peor. El caótico tráfico que se tiene actualmente en esta ciudad es debido al enorme crecimiento de la cantidad de motocicletas en las calles.
Los animales sueltos que en muchas ocasiones han provocado accidentes graves e incluso fatales y además de destruir plantas y espacios públicos, son solo algunos puntos que urgen solución. Tampoco se debe olvidar lo sucia que se encuentra la ciudad, debido a la incompetencia de las autoridades y la misma población, que tiene cuota de responsabilidad. No solo se debe mejorar la imagen fuera de la Municipalidad, sino también dentro de la organización municipal.
Los numerosos funcionarios que han ingresado a “trabajar” en los últimos años se llevan gran parte de lo recaudado. Además, los contribuyentes tampoco cumplen con sus obligaciones, generando un caos en la administración municipal.
Por otra parte, los datos de las elecciones celebradas el domingo último indican que Alejandro Urbieta ha sacado importantes ventajas en el sector rural, no así en la ciudad. El campesinado al igual que los que viven en el casco urbano, tienen infinidad de necesidades que también se deben tener muy en cuenta. Sin lugar a dudas no es la mejor herencia la que va a recibir el próximo mes el joven intendente electo.
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