Se trata de don Eligio González, de 76 años, que el 10 de febrero de 1978 salvó a 25 personas de una segura muerte, en la tragedia de la lancha Miriam Adela, ocurrida en puerto Kemerich, a 77 kilómetros aguas arriba de Concepción.
En esa ocasión perecieron ahogadas 113 personas, pero la cifra de muertos hubiera aumentado, si no emergía la figura del entonces joven canoero, Eligio González, que estaba al costado del río esperando una encomienda para su patrón.
Don Eligio comentó que el naufragio se produjo en segundos y que él no observó ese momento, sino que se dio cuenta solo cuando empezó a escuchar gritos. Manifestó que el temporal pasó muy rápido y cuando calmaron las aguas entró al río en su bote y auxilió a los semiahogados que ya no tenían fuerzas.
"Saqué a los que cabían en mi canoa, luego vi que de la lancha salían más personas aún con vida, volví y pude sacar a otro grupo, habré salvado en los dos viajes a 25 personas", recordó.
CONDECORACIONES.
Por el heroico hecho llegó a recibir dos condecoraciones de la Cruzada Mundial de la Amistad y el Club de Leones de Concepción; sin embargo, hoy, a sus 73 años, ya se siente viejo y sin fuerzas para trabajar, por lo que solicita algún tipo de ayuda a las autoridades.
Don Eligio vive en su precaria vivienda en el barrio San Antonio de Concepción. Su situación económica es crítica, ya que su esposa se halla postrada en cama, a consecuencia de una penosa enfermedad, mientras él perdió toda posibilidad laboral porque quedó invidente.
Ni siquiera al subsidio para la tercera edad accede y tuvo que recibir el auxilio de un medio radial local, que recolectó un poco de dinero, a través de una campaña de solidaridad, para que su esposa sea trasladada al Hospital Nacional de Itauguá.
Muchos concepcioneros lo consideran un héroe civil y lamentan, que quienes recibieron el auxilio de Eligio, nunca se acercaron para agradecer y ayudarlo.
Don Eligio vive en su precaria vivienda en el barrio San Antonio de Concepción. Su situación económica es crítica, ya que su esposa se halla postrada en cama, a consecuencia de una penosa enfermedad, mientras él perdió toda posibilidad laboral porque quedó invidente.
Ni siquiera al subsidio para la tercera edad accede y tuvo que recibir el auxilio de un medio radial local, que recolectó un poco de dinero, a través de una campaña de solidaridad, para que su esposa sea trasladada al Hospital Nacional de Itauguá.
Muchos concepcioneros lo consideran un héroe civil y lamentan, que quienes recibieron el auxilio de Eligio, nunca se acercaron para agradecer y ayudarlo.
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