Muchas embarcaciones limitan su carga hasta el 65% para sortear los pasos difíciles que son los bancos de arena, según explicó el comandante de la Subprefectura Naval de esta ciudad, capitán Arturo Escario.
“En esta zona se redujo la capacidad de carga en los remolcadores con trenes de barcaza por la falta de agua, los buques que realizan navegación de cabotaje nacional e internacional reducen a 65% su carga”, dijo.
En cuanto al panorama para el resto de la semana indicó que no se avizoran mejorías en el transporte fluvial. “La perspectiva no es alentadora, entre el 15 al 30 de agosto podría experimentarse más descenso y llegar a un metro”, señaló Escario.
Las embarcaciones de cargas y pasajeros aún viajan, pero desde fin de mes posiblemente llegaría solo hasta Vallemí.
El nivel del río en el puerto de Concepción ayer alcanzó 1,19 metros, pero para fin de mes podría descender a un metro.
Efectos. La primera crisis hidrológica se registró en el primer cuatrimestre del año con la suspensión de la navegación por el río Paraná, donde habían quedado barcazas flotando con 125.000 toneladas de productos agrícolas, más otras 600.000 toneladas que aguardaban su embarque en los puertos. Las primeras cargas fueron liberadas mediante el operativo Ventana de agua, que requirió la mediación de la Cancillería, ya que los trabajos contemplaban permisos del lado brasileño y argentino de Itaipú y Yacyretá, respectivamente.
Ante la imposibilidad de repetir la operación, los agroexportadores tuvieron que optar por transportar los productos vía terrestre hasta los puertos del Departamento Central para acceder al río Paraguay, mientras que otro grupo decidió enviar los granos al Brasil en camiones.
Sin embargo, el caudal del río en los alrededores de Asunción también es crítico, las barcazas pueden navegar a solo el 50% de su capacidad, lo que genera un atraso en las exportaciones y un sobrecosto en la logística tanto para transportistas como para los comercializadores.
UH
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