TACUATI, Concepción - San Pedro (ABC corresponsal).
Agentes de inteligencia policial tienen problemas para colectar información: no logran vencer el miedo de la población a represalias del Ejército del Pueblo Paraguayo.
Efectivos militares siguen esperando una orden de intervención que no llega. Ante el miedo colectivo cabe la pregunta de si existe o no una zona liberada, sobre todo considerando que la presencia del Estado paraguayo no pasa de la formalidad.
Agentes de inteligencia policial están trabajando en el sector de Tacuatî. Los efectivos policiales confirmaron la reticencia de la población a brindar informaciones sobre el Ejército del Pueblo Paraguayo. El temor que sienten ante eventuales represalias dificulta las posibilidades de contar con información.
Los mismos dirigentes de asentamientos campesinos, aunque no estén de acuerdo con la opción armada del ejército del pueblo, señalaron que recibieron amenazas de muerte.
Los delincuentes del ejército del pueblo están distribuidos sobre todo en cuatro asentamientos: Kurusu de Hierro, San Miguel del Norte, Tacuatî Poty y Curupayty. Si en uno de ellos caen miembros del grupo, los restantes de encargarán de castigar a los delatores.
La amenaza de pasar a degüello a los que hablan se toma muy en serio, por lo tanto se prefiere ver pasar las patrulleras de la Policía Nacional desde las ventanas. Pensar que el panfleto dejado en el asalto al destacamento dice que la lucha “es para buscar la felicidad del pueblo”.
Linda manera de “ver sonreír a los niños pobres” mientras sus padres viven aterrorizados ante el riesgo de ser asesinados.
En el terreno militar, comandos de élite del Destacamento Conjunto de Empleo Inmediato (DCEI) utilizaron todo el día de ayer para inspeccionar el perímetro de Tacuatî, se movilizaron por tierra y agua en procura de conocer los diversos accesos a la comunidad.
Por su parte, los efectivos de la III División de Caballería tuvieron un día relajado: se dedicaron a limpieza del destacamento incendiado, en procura de poner cierto orden antes de iniciar la reconstrucción.
El destacamento como tal funciona nuevamente. Se instalaron dos tiendas de campaña y la bandera patria ondea otra vez en el mástil de la unidad militar.
Poco pueden hacer los militares para movilizarse, sin contar con una autorización expresa del Comando en Jefe. Dado que no tienen instrucciones del alto mando y los refuerzos prometidos no llegan, las tareas se limitan a reconocimiento del terreno y a tareas de limpieza en el destacamento destruido.
LAS AMENAZAS SE TOMAN EN SERIOEl asesinato del suboficial Oscar Antonio Noceda sigue vivo en la memoria colectiva de los pobladores de Tacuatî. El 7 de febrero de 2006, el efectivo policial fue emboscado y acribillado a tiros por un grupo armado.
El agente fue asesinado en una calle del asentamiento campesino Sótano, en la colonia José Félix López, de Concepción. En Tacuatî, los mismos integrantes del Ejército del Pueblo Paraguayo hicieron saber que lo mataron en represalia por la captura de familiares de Carmen Villalba y Manuel Cristaldo Mieres, ambos involucrados en el secuestro de María Edith Debernardi.
El día anterior, 6 de febrero, el suboficial Noceda procedió a la detención de las hermanas de Carmen Villalba y un familiar del Cristaldo Mieres, mientras transportaban víveres y municiones en una camioneta Toyota, tipo Bandeirante, chapa AOF 810, propiedad de la Organización Campesina del Norte (OCN).
La inspección de la camioneta permitió confiscar víveres, proyectiles, explosivos, pólvoras, cuchillos, linternas, pilas, entre otros objetos. La presunción es que tales equipos tenían como destino su entrega a grupos armados que están operando en la región.
Carmen Villalba, desde su reclusión en la cárcel del Buen Pastor, reivindicó en diversas oportunidades la lucha armada e instó “personalmente a mis compañeros del Ejército del Pueblo Paraguayo que luchen hasta destruir el Estado para levantar un nuevo Estado paraguayo socialista”.
El Ejército del Pueblo Paraguayo “Comando Germán Aguayo” existe; sus integrantes disponen de armamento, entrenamiento y disciplina paramilitar. El objetivo es mantener un lucha armada contra las fuerzas de seguridad del Estado. La seguidilla de atentados y asesinatos no dejan dudas de su carácter violento, que tiene como finalidad imponer en el país la dictadura del proletariado.
El Ejército del Pueblo Paraguayo es un grupo delictivo, sus integrantes son delincuentes y el empleo de la violencia para alcanzar fines políticos convierte a la agrupación en un serio peligro para el sistema democrático.
ZONAS LIBERADAS¿Existen zonas liberadas en San Pedro? Antes de responder esta pregunta habría que definir qué entendemos por zonas liberadas. Rafael Filizzola, ministro del Interior, dice que no. Niega en forma terminante esta posibilidad.
En Tacuatî, por ejemplo, se sabe quiénes integran el Ejército del Pueblo Paraguayo, pero nadie habla por miedo a morir. Los delincuentes se pasean libremente por los asentamientos, donde imponen el terror para evitar delaciones.
El Estado paraguayo mantiene una presencia formal, pero el silencio cómplice de la población es resultado del control social que se ejerce a través del miedo. La Policía Nacional no es garantía de protección y el grupo delincuente está dispuesto a matar a delatores, con absoluta impunidad.
Realizando un diagrama de la zona de desplazamiento del ejército del pueblo se puede notar que utiliza el área de influencia del tendido de alta tensión de la ANDE. Sin control alguno pueden moverse desde Vallemí, en el norte de Concepción, hasta Carayaó, en Caaguazú, y desde allí hasta Ciudad del Este.
La línea de alta tensión cuenta con un espacio alrededor que cumple las funciones de un camino, empleado por las cuadrillas de la ANDE para reparaciones. Basta con seguir los postes de alta tensión para llegar de un lugar a otro, sin que nadie lo vea.
En estas condiciones ¿existe o no una zona liberada, donde delincuentes organizados, armados hasta los dientes, actúan con libertad?
Carmen Villalba está completamente chiflada, pero no por eso sus advertencias de violencia no deben ser tomadas con mucha seriedad. El Ejército del Pueblo Paraguayo existe, es peligroso y debe ser desarticulado.
