El suboficial Juan Antonio López, uno de los heridos en el atentado del EPP ocurrido el domingo pasado en la comisaría de Horqueta, tiene su humilde vivienda en Calle 10, Alemán-cue, donde vive con su esposa e hijo.
En sus días libres se dedica a la agricultura a fin de aumentar sus ingresos.
De acuerdo a lo manifestado por su esposa Virginia Galeano, su marido -quien tiene un severa lesión en el ojo derecho- es un hombre muy trabajador y honesto y que para tener un poco más de ingresos se dedica a la agricultura en sus días libres. "Ahora está cultivando sésamo, llega de su trabajo y pasa a su chacra", explicó.
Comentó que con sacrificio adquirió un terreno de 4 hectáreas y levantó su casita, donde se mudaron con su hijo de un año. "Hace poco nos mudamos, antes vivíamos en la casa de mamá", explicó.
Destacó que su marido le decía que en la comisaría de Horqueta el trabajo era pesado, porque casi no duermen a la noche, lo cual le dificultaba trabajar con fuerza en su chacra cada vez tenía día libre.
La esposa del uniformado pidió a las autoridades extremar esfuerzos a fin de esclarecer el hecho y castigar a los culpables. También indicó que si su marido pierde la vista, que el Gobierno lo jubile en derecho y lo asista completamente.
CON MIEDO. Eliserio Argüello, el padre del suboficial Rufino Argüello, también herido en el atentado, informó que por indicaciones de su propio hijo, no debe brindar declaraciones a la prensa. Manifestó que hay mucho miedo de parte de todos, porque se habla mucho de que los miembros del EPP deambulan por la zona.
Los otros dos policías heridos por la explosión de una bomba son Nery Rivarola y Marcelo Bazán. Ambos ya se encuentran fuera de peligro, según informó la Policía.
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